Los ángeles custodios cuidan de nuestras naciones, también ante la crisis
del Coronavirus
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Yael Portabales | Cathopic CC0 |
Hablar de
ángeles en tiempos de pandemia, ¿acaso no resulta extraño o superfluo?. Una
posible respuesta es que si. No tiene sentido hablar de ángeles en
estos tiempos.
Sin embargo,
cuando se echa un vistazo a los discursos que saltan por aquí y por allá, el
papel de los ángeles resulta protagónico. Ya hemos dedicado un artículo acerca
de los ángeles y la pandemia, lo puedes leer aquí:
Son voces
que vaticinan el fin de las naciones y propagan la idea de una
sociedad alternativa, llegando al globalismo.
Es decir que,
esos lazos de cultura, historia, lengua, que son los componentes que
caracterizan a una nación, se vean suprimidos y eliminados artificialmente,
para dar paso a entes supranacionales que intervengan, controlen y
regulen naciones enteras, sin ningún tipo de vinculación cultural o histórica.
Entes
supranacionales gobernadas por organizaciones burocráticas, que han resultado
elefantes paquidermos, como la ONU o la OMS, y que tendrían “más poder
ejecutivo”, lo que les permitiría “controlar y regular la economía, así
como limitar la soberanía de los Estados nacionales”.
Esta concepción
globalista del mundo no es nueva, ya desde los años 90 con la caída del muro de
Berlin, se ha ido propagando. Una concepción globalista que se refiere a un
nuevo orden mundial, a una nueva concepción del mundo y que responde a
intereses de tipo político-burocráticos, y obviamente, económicos.
Ante este
panorama, considero necesario el preguntarnos si nuestra fe aporta algo, ¿qué
dice Dios al respecto? (dejemos eso que Dios no debe meterse en temas de
política o geopolítica, y recordemos a Chesterton: “Si suprimimos lo
sobrenatural, lo que nos queda es lo antinatural”).
Dios forma
naciones, las cuida, y es tanto el valor que tienen ante El que les envía un
custodio para que las proteja: “Cuando el
Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las
fronteras de los pueblos, según el número de los ángeles de Dios” (Dt. 32,8-9).
La misma idea
nos los presenta el libro de Daniel 10, 13-21, donde se habla de los ángeles
custodios de las naciones de Grecia y Persia.
Este dato
contenido en la Sagrada Escritura, es profundizado y enseñado por Padres de la
Iglesia. San Basilio escribe en el siglo IV: “Que haya
ángeles que custodian naciones enteras, esto es lo que enseñan Moisés y los
profetas”. Orígenes: “Leemos en las Escrituras que hay príncipes de cada
nación, y el contexto muestra bien que se trata de ángeles y no de hombres.
Eusebio: “por medio de una misteriosa economía Dios ha distribuido todas las
naciones entre los gobernadores invisibles de las naciones, que son los
ángeles”. Y así muchos otros como Clemente de Alejandría, Dionisio Areopagita,
etc.
Igualmente, en
diferentes países se conmemora la fiesta de su Ángel Custodio. Portugal
celebra el Ángel de Portugal el 10 de Junio, el Ángel de España, se celebra el
1 de Octubre. En Chile se encuentra el ángel de Chile en Santiago y Valparaíso;
en México se encuentra el ángel de México, diferente al de la independencia, en
la Catedral de Ciudad de México; en Colombia se encuentra el ángel de Colombia
en la Iglesia del Voto Nacional.
De esta
existencia de los ángeles de las naciones, se vislumbra una primera conclusión,
y es que la nación es más que una suma de características: la nación
está constituida por un principio espiritual que es el ángel que la custodia.
Recordemos que
estamos hablando de criaturas puramente espirituales, lo que hace que cada
ángel sea totalmente diferente a los demás. En cuanto las cosas son materiales,
menor diferencia hay entre ellas: dos gotas de aceite no tienen mayor
diferencia. Pero, cuanto menos una criatura esté compuesta por materia, tanto
más diferente es de las otras: entre los hombres, conformados por cuerpo y alma
inmortal, no solo materia, hay más diferencias que entre dos gotas de aceite.
Así, los ángeles, puros espíritus, se diferencian totalmente los unos de los
otros, no hay dos ángeles iguales, ni parecidos. Esto hace que, entre otras
cosas, cada ángel traiga una perfección de Dios, refleje una luz de
Dios que no la va a reflejar ningún otro ángel. Pensemos en los vitrales
de las catedrales antiguas que hacen pasar la misma luz del sol, pero con
distinto color y tonalidad.
Lo anterior
para decir, que si una nación está conformada por un principio espiritual, que
es su ángel que la custodia, así cada nación está llamada a una misión
particular y específica dentro del conjunto de las demás naciones. Piensa
en la misión de España a la evangelización de América, el papel en la
contrarreforma; en la misión de Francia como hija primogénita de la Iglesia; y
así cada nación está llamada a cumplir un papel, una misión.
En el
cumplimiento de esta misión ayuda y protege el ángel custodio, pero también
los demonios luchan para que las naciones se desvíen de la misión que tienen en
el campo de la salvación. Pensemos en Rusia, de la que Nuestra Señora
en Fátima, dijo que esparciría errores.
Pero hay más…
Los ángeles
custodios de las naciones protegen lo que es propio de esa nación, impidiendo
que, como ha dicho el Papa Francisco, se de una “colonización ideológica”, caracterizada por la imposición de ideas extranjeras en una cultura, y
que, de acuerdo al Papa, a veces viene atada a asistencia financiera.
Pero la
misión principal del ángel custodio de las naciones es la de conducir los
pueblos a Dios.
De esta
manera los ángeles custodios llevarán a una unicidad de cada nación,
pero sin destruir su tradición y cultura, sino elevándola y poniendo la nación
que le ha sido confiada a los pies de un único pastor que se da sólo en Cristo,
y no en un gobierno único mundial.
Qué importancia
y qué actualidad la de estos seres que custodian nuestra nación. Ante avances
de un nuevo orden mundial, deshumanizador y desconocedor de tradiciones y
culturas, Dios nos concede esta protección para que cada una de nuestras
naciones llegue a ser lo que debe ser en el plan de salvación.
Te invito a que
reces por tu nación con esta oración:
Dios eterno y
omnipotente, que destinaste a cada nación a su Ángel de la Guarda, concede que
por la intercesión y patrocinio del Ángel de la Argentina, seamos liberados de
todas las adversidades. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Fernando
Cárdenas Lee, Foyer de Charite
Fuente: Aleteia