El sacerdote argentino y misionero católico, P. Pedro Opeka, conocido por su servicio a los más pobres en Madagascar, ha sido nominado para el Premio Nobel de la Paz de este año
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P. Pedro Opeka. Créditos: Anne Aubert / Amici di Padre Pedro (CC BY-SA 3.0) |
El P. Opeka, de 72 años, es un sacerdote vicentino que
ha trabajado con los pobres en Madagascar durante más de tres décadas. Fundó la
asociación humanitaria Akamasoa (“buen amigo”) en 1989 como un “movimiento de
solidaridad para ayudar a los más pobres de los pobres” que viven en los
basureros.
La asociación ha proporcionado cuatro mil casas de
material noble a personas y familias sin hogar y ha ayudado a educar a 13 mil
niños y jóvenes desde su creación.
El Santo Padre agradeció la labor del
sacerdote en favor de alrededor de 25 mil personas y pidió a los jóvenes que
ayudan a la asociación a no bajar “nunca los brazos ante los efectos nefastos
de la pobreza, ni jamás sucumban a las tentaciones del camino fácil o del
encerrarse en ustedes mismo”.
Durante la visita, el Pontífice también recordó que el
P. Opeka fue alumno suyo en la Facultad de Teología y agradeció al sacerdote y
sus colaboradores “por su testimonio profético y su testimonio generador de
esperanza”.
Pedro Pablo Opeka nació en Buenos Aires (Argentina),
en 1948. Sus padres eran refugiados de Eslovenia que emigraron tras el inicio
del régimen comunista en Yugoslavia.
A los 18 años ingresó al seminario de la Congregación
para la Misión de San Vicente de Paúl en San Miguel (Argentina). Dos años más
tarde viajó a Europa para estudiar Filosofía en Eslovenia y Teología en
Francia. Luego pasó dos años como misionero en Madagascar.
En 1975 fue ordenado sacerdote en la Basílica de Luján
y en 1976 regresó a Madagascar, donde permanece hasta el día de hoy.
Al ver la pobreza desesperada en la ciudad capital de
Antananarivo, especialmente en los vertederos de basura, donde la gente vive en
cajas de cartón y los niños compiten con los cerdos por la comida, decidió
hacer algo por los pobres.
Con ayuda enviada del extranjero y el trabajo de la
gente de Madagascar, fundó aldeas, escuelas, bancos de alimentos, pequeños
negocios e incluso un hospital para atender a los pobres a través de la
asociación Akamasoa.
Madagascar es uno de los países más pobres del mundo y
durante la pandemia de coronavirus el P. Opeka ha trabajado para ayudar a las
familias que han caído aún más en la pobreza como consecuencia de las medidas preventivas
para evitar los contagios de COVID-19.
“La situación es difícil para las familias, para los
pobres que tienen muchos hijos. No tenemos arroz. No tenemos agua. Necesitamos
agua y jabón”, dijo el sacerdote a Radio Vaticano en abril de 2020.
Esta no es la primera vez que el P. Opeka ha sido
nominado para el Premio Nobel de la Paz. Los representantes del Parlamento
esloveno también nominaron al sacerdote en 2012.
Entre los otros nominados al Premio Nobel de la Paz
2021 se encuentran el movimiento Black Lives Matter, la Organización Mundial de
la Salud, Greta Thunberg, Donald Trump, Stacey Abrams, Jared Kushner, el
disidente ruso Alexei Navalny y la líder de la oposición bielorrusa Sviatlana
Tsikhanouskaya.
El ganador del premio Nobel de 2020 fue el Programa
Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado
originalmente en ACI África.
Fuente: ACI Prensa