![]() |
episkopat.pl |
El Señor Jesús comunicó al mundo el mensaje de la
Misericordia a través de santa Faustina Kowalska (1905-1938), conocida como la
secretaria de la Divina Misericordia. Por orden de su confesor, Sor Faustina
describió las revelaciones del Señor Jesús en su Diario. La primera revelación
fue con motivo de que pintara la imagen del Jesús Misericordioso.
“Me uno en la oración a los devotos que participan en
las celebraciones solemnes en el Santuario de la Divina Misericordia y a los
que participan a través de los medios de comunicación social” –escribió el
Santo Padre, que expresó su felicidad por el hecho de que “este acontecimiento
ya está conocido por el mundo y permanece vivo en los corazones de los fieles”.
“Así que les animo a que recurran a esta Fuente.
Pidamos a Cristo el don de la misericordia. Dejemos que nos rellene e impregne.
Tengamos el valor de volver a Jesús, para encontrarnos con su amor y
misericordia en los sacramentos. Sentamos su proximidad, ternura, y entonces
también nosotros seremos más capaces de misericordia, paciencia, perdón y amor”
– escribió el Santo Padre, el Papa Francisco.
Enfatizó que, el Apóstol de la Misericordia San Juan
Pablo II deseaba, que el mensaje de la Divina Misericordia llegara a todos los
habitantes del mundo. El Santo Papa alentaba: “¡Hay que transmitirle al mundo
el fuego de la misericordia, porque en la Misericordia Divina el mundo
encontrarálapazy el hombre lafelicidad!” (Cracovia – Łagiewniki, 17 de agosto
de 2002).
Además de escribir la carta, el domingo de 21 de
febrero en la oración del Ángelus el Papa Francisco dijo: “Hoy mi
pensamiento va al santuario de Płock, en Polonia, donde hace 90 años el Señor
Jesús se manifestó a santa Faustina Kowalska, confiándole un mensaje especial
de la divina misericordia.
Llegó al mundo entero a través de san Juan Pablo II y no es otro que el
Evangelio de Jesucristo, muerto y resucitado, que nos da la misericordia del
Padre. Abramos nuestro corazón diciendo con fe: ‘Jesús, confío en ti’”.
Sor Faustina así describió en su diario la primera
revelación del Jesús: “Al anochecer, estando en mi celdavi al Señor Jesús
vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la
otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho,
salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido./…/. Después de un momento,
Jesús me dijo: “Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: Jesús, en Ti
confío. Deseo que esta imagen sea venerada primero en vuestra capilla, yen el
mundo entero”.
Paweł
Rytel-Andrianik
Fuente: Aleteia