La Semana de Acción Mundial por la Educación reivindica que aumente tanto la inversión pública de los países como la ayuda al desarrollo para paliar los efectos de la pandemia
![]() |
Foot: Campaña Mundial de Educación España |
Esta realidad hace «especialmente
vulnerables» a las niñas y adolescentes, explica a Alfa y Omega Lucía
Rodríguez, responsable de incidencia política de Entreculturas. Ellas suelen
ser las primeras en dejar los estudios. Además, «al verse privadas del espacio
de protección de la escuela se han visto más expuestas a la violencia sexual y
de todo tipo, y han aumentado los embarazos precoces y los matrimonios
forzosos».
Faltan 63 millones de profesores…
«Una inversión mayor y mejor
orientada ayudaría a dotar a los colegios de más herramientas informáticas y de
otros medios» para fortalecer la educación a distancia, afirma Rodríguez. Esto
permitiría reducir o superar la brecha digital, que «se ha notado más en los
países y sectores más empobrecidos». Esos en los que, por ejemplo, en las
familias no existe ni un solo dispositivo electrónico ni conexión a Internet.
Una dotación adecuada de fondos,
por otro lado, facilitaría a las autoridades educativas «poner en marcha
políticas afirmativas que frenen el abandono escolar de las chicas y que animen
a las familias a que estas regresen». Y que lo hagan, además, a centros con
«mejores infraestructuras»; como saneamiento y servicios, para que no falten a
clase cuando tienen la menstruación.
Por último, «la pandemia ha
puesto en evidencia la falta de profesorado que ya se arrastraba de antes». La
responsable de incidencia de Entreculturas apunta que, según las estimaciones,
en el mundo se necesitan 63 millones de docentes más. Incrementar la inversión
pública «permitiría la contratación de profesores, y con mejores condiciones
salariales. En algunos países, no llegan a ganar ni un dólar al día». Además,
sería posible ofrecerles formación permanente para que «desarrollen su labor en
unas condiciones que han cambiado» y para las que no estaban preparados, como
se pudo comprobar cuando de un día para otro se vieron abocados a dar clases a
distancia. Aun así, «se han dado en este tiempo muchas innovaciones», que con
una adecuada dotación presupuestaria se podrían «transformar en políticas y
prácticas educativas» mejores.
… y 1,4 billones de dólares
La Campaña Mundial por la
Educación afirma que, a nivel global, la educación necesita 1,4 billones de
dólares de fondos extras. La principal vía para lograrlo son los recursos
internos de cada país, que ahora mismo suponen el 97 % de la financiación total
de la educación. Cada Estado, exigen los promotores en su pronunciamiento
político, debería asignar a esta partida entre el 4 % y el 6 % del PIB, o del
15 % al 20 % de su gasto público.
Además, es necesario que aumenten
los fondos que repartir, con «sistemas impositivos internos progresivos y
ampliados». Los países podrían revisar especialmente las cargas impositivas a
las empresas, especialmente a las que explotan sus recursos naturales; y cerrar
las «lagunas legales que permiten la elusión y la evasión de impuestos». Solo
por esta vía, cada año se pierden 138.000 millones de dólares, un 10 % de las
necesidades de inversión ampliada en educación.
Por último, el pronunciamiento
político señala que los países podrían invertir más en educación si no
destinaran los fondos a pagar su deuda externa. Por ello, la campaña pide que
esta se cancele en el caso de los países menos desarrollados. A los países de
ingresos medios y medios altos se les puede aliviar, y si tienen ingresos
medios o altos y están sometidos a estrés por deuda, esta se les puede canjear
a cambio de que inviertan en educación.
Hacia el 0,14 % del PIB
En lo que respecta a España,
durante la semana se va a exigir al Gobierno que cumpla su compromiso de
incrementar la Ayuda Oficial al Desarrollo para llegar al 0,5 % de la Renta
Nacional Bruta en 2023 y seguir avanzando hasta alcanzar el 0,7 %. Y que un 20
% de esta ayuda se dedique a educación. La coalición ha remitido esta petición,
junto con otras, a la ministra de Educación y Formación Profesional, M.ª Isabel
Celaá Diéguez; a la ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y
Cooperación, Arancha González Laya; y a la ministra de Derechos Sociales y
Agenda 2030, Ione Belarra, así como a la Secretaria de Estado de Cooperación
Internacional, Ángeles Moreno Bau, y al director de la Agencia Española de
Cooperación Internacional para el Desarrollo, Magdy Martínez-Solimán. A todos
ellos se les ha solicitado un encuentro que tendrá lugar los próximos días.
Además, numerosos centros
educativos (formales y no formales) y 20 ciudades de España están acogiendo
acciones de concienciación y reivindicativas. Por un lado, abunda Rodríguez,
«estamos trabajando con los chicos esos mil millones de historias personales
que se han visto afectadas por la pandemia». Mediante fotografías y dibujos de
su boca, «están tratando de representar sus emociones y reacciones ante esa
situación». Y vincular eso que vivieron en primera persona con la realidad de
otros millones de niños «que aún no han podido volver a la escuela», para que
se solidaricen con ellos.
También hay actos de calle,
durante los que (siempre respetando las medidas de seguridad) se crean mosaicos
con esas emociones y se entrega a las instituciones el posicionamiento político
de la campaña. Y, por último, «hay un llamamiento a la movilización online»
de todas las personas interesadas, que pueden difundir la campaña mediante la
etiqueta #MilMillonesdeVoces. [1]
María Martínez López
Fuente: Alfa y Omega