El primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera en el hemisferio norte, la Iglesia ortodoxa ha celebrado la Pascua de Resurrección
Debido
a esta particularidad astronómica, la Pascua ortodoxa coincide con la que
celebran los cristianos de rito occidental sólo cada tres o cuatro años.
A diferencia del año anterior,
condicionado por la primera ola de la covid-19, los cristianos ortodoxos
–aproximadamente 260 millones en todo el mundo– pudieron asistir a los
oficios y celebrar de este modo la resurrección de Jesucristo, epicentro de la
fe cristiana.
Rito bizantino en Granada
El domingo 2 de mayo, a las 11
horas, la parroquia de la Magdalena celebró la Misa de Resurrección por el rito
bizantino. La Santa Misa, presidida por el sacerdote y delegado de Pastoral
Penitenciaria, Sorin Catrinescu, fue ofrecida en castellano, cuya
liturgia es íntegramente cantada. Estos cantos fueron ofrecidos por las
Hermanitas del Cordero, que han «puesto mucho corazón» para traducir las
canciones de toda la Misa e interpretar la liturgia cantada, según explicó
Catrinescu. «Toda la Misa bizantina es cantada, entonces la dificultad no
consiste tanto en traducir, sino en poner por notas para que estas oraciones
puedan ser cantadas y, al mismo tiempo, que se mantenga la línea melódica
típica», explicó Catrinescu.
Esta
Misa bizantina es la Misa de san Juan Crisóstomo, Padre de la Iglesia del
siglo IV, conocida también como «Misa ortodoxa». La Misa bizantina «mantiene la
misma estructura y división entre la misa de los catecúmenos, de la Palabra, y
misa eucarística», pero «tiene un esquema diferente a la misa latina, en cuanto
a la estructura, las oraciones y las canciones», explicó el sacerdote de rito
bizantino.
La comunidad cristiana de
Oriente, de rito bizantino, celebró el Domingo de Resurrección del Señor este
pasado 2 de mayo, invitando, tal y como cuentan desde la delegación de medios de la archidiócesis, a los
granadinos a conocer la Santa Misa, al mismo tiempo que celebran juntos en
comunión la Resurrección del Señor.
Asimismo, con esta Misa se pone
en marcha la iniciativa de ofrecer el rito bizantino los primeros domingos de
mes en la parroquia de la Magdalena, lo que permitirá a los católicos
conocer otras celebraciones.
El fuego sagrado ilumina el Santo
Sepulcro en Jerusalén
El fuego sagrado iluminó el
pasado sábado el Santo Sepulcro de Jerusalén, esta vez con la asistencia de
cientos de cristianos locales que volvieron a presenciar en primera línea el «milagro» de
esta ceremonia insignia del Sábado Santo ortodoxo, que a diferencia del año
pasado se celebró sin grandes restricciones.
El patriarca ortodoxo Teófilos
III salió del interior del Edículo que protege la tumba de Jesús con el
fuego divino, ante la atenta mirada y el júbilo de religiosos de las comunidades
cristianas de la región y fieles palestinos que se congregaron en la basílica
en tono festivo.
Entre el clamor de la gente y el
sonido de las campanas que repicaban, el patriarca apareció con dos ramilletes
encendidos de 33 velas, una por cada año que vivió Jesucristo, y ese mismo
fuego fue prendiendo las velas que alzaban los creyentes congregados, según
informa la Agencia EFE.
Según la tradición, el fuego
sagrado desciende cada año del cielo y prende una llama con la que se ilumina
la penumbra del Santo Sepulcro, conocido por los ortodoxos como iglesia de la
Resurrección o Anástasis. Si el fuego no se propagara sería señal de mal
augurio.
Esta ceremonia es la más emotiva
de la Semana Santa ortodoxa, y contrastó en gran medida con la del 2020, que se
hizo en formato reducido y a puerta cerrada por las restricciones del
coronavirus.
La rápida vacunación israelí
permitió que las fiestas religiosas volvieran casi a la normalidad en Jerusalén
y su Ciudad Vieja, en la parte oriental ocupada de la urbe, donde se sitúa el
Santo Sepulcro. Pero igual que en 2020, hoy tampoco pudieron estar los miles de
peregrinos de todo el mundo que abarrotaban la iglesia en esta célebre
ceremonia, ya que Israel mantiene las fronteras cerradas a turistas
extranjeros para prevenir la propagación de la pandemia.
Tras surgir en el interior del
Santo Sepulcro, el fuego sagrado se traslada a diferentes ciudades y países. Se
entiende que la llama enciende la fe de los cristianos ortodoxos horas antes de
celebrar la Pascua con la que pondrá fin a esta Semana Santa.
La Pascua ortodoxa, diferente a
la de los católicos, es la más seguida por los palestinos cristianos, en su
mayoría ortodoxos.
Reapertura de los templos para la
celebración en Rusia
Los fieles rusos, que el año
pasado celebraron la Pascua ortodoxa confinados por los estragos de la
covid-19, recuperaron la celebración de la festividad religiosa en sus templos
con estrictas medidas de seguridad sanitaria.
«Con la resurrección de Cristo se
venció al mayor enemigo de la humanidad: la muerte. La Pascua de hoy es
especial porque trae la esperanza de que la pandemia pasará y, dejándonos
importantes lecciones, se irá para siempre», afirmó el patriarca de la Iglesia
ortodoxa rusa, Kiril, en su mensaje a los creyentes.
Según los datos aportados por el
Ministerio de Interior ruso, en las misas y procesiones pascuales
participaron más de 1,6 millones de fieles.
Fuente: Revista Ecclesia