El Papa Francisco destacó una vez más la importancia de la familia en la Iglesia y solicitó escuchar activamente a las familias y mayor involucración como sujetos en la pastoral
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En que punto estamos con Amoris laetitia |
Así lo dijo el Santo Padre en un video mensaje
dirigido a los participantes del seminario online “¿En qué punto estamos
con Amoris laetitia?” que se llevará a cabo del 9 al 12 de junio y
que reúne a delegados de oficinas de familia de más de 60 conferencias
episcopales y de más de 30 movimientos internacionales.
Por ello, el Papa rezó para “que el Espíritu Santo lo
convierta en un evento fecundo para la Iglesia, pastores y laicos juntos, para
escuchar las necesidades concretas de las familias y ayudarnos mutuamente a
emprender los procesos necesarios para renovar el anuncio de la Iglesia”.
Asimismo, el Santo Padre indicó que es necesario
“estimular un discernimiento eclesial fecundo sobre el estilo y la finalidad de
la pastoral familiar en la perspectiva de la nueva evangelización”
y recordó que la exhortación apostólica post sinodal fue “fruto de una profunda
reflexión sinodal sobre el matrimonio y la familia y, como tal, requiere un
paciente trabajo de aplicación y una conversión misionera”.
De este modo, el Papa subrayó que “debe concretarse en
las Iglesias locales” y requiere “cooperación, reparto de responsabilidades,
capacidad de discernimiento y disponibilidad para estar cerca de las familias”.
“Es necesario dejar de lado cualquier anuncio
meramente teórico y desvinculado de los problemas reales de las
personas, así como la idea de que la evangelización está reservada a una
élite pastoral”, advirtió el Papa.
En este sentido, el Santo Padre señaló que “cada
uno de los bautizados ‘es agente evangelizador’. Para llevar el amor de
Dios a las familias y a los jóvenes, que construirán las familias del
mañana, necesitamos la ayuda de las propias familias, de su experiencia
concreta de vida y de comunión”.
“Necesitamos cónyuges junto a los pastores, para
caminar con otras familias, para ayudar a los más débiles, para anunciar
que, también en las dificultades, Cristo se hace presente en el Sacramento del
Matrimonio para dar ternura, paciencia y esperanza a todos, en
cualquier situación de la vida”, explicó el Papa.
Además, el Pontífice quien recordó el ejemplo de los esposos
Aquila y Priscila que fueron “preciosos colaboradores de san Pablo en su
misión” y añadió que “también hoy muchos matrimonios, e incluso familias
enteras con sus hijos, pueden hacerse testigos válidos para acompañar
a otras familias, crear comunidad, sembrar semillas de comunión entre los
pueblos que reciben la primera evangelización, contribuyendo de manera
decisiva al anuncio del kerigma”.
Luego, el Santo Padre recordó que la familia es “Iglesia doméstica, lugar donde
la presencia sacramental de Cristo actúa entre los esposos y entre los padres
y los hijos” por lo que “en virtud del sacramento del matrimonio, cada familia
se convierte a todos los efectos en un bien para la Iglesia”.
“Los Sacramentos del Orden y del Matrimonio son
indispensables para construir la Iglesia como ‘familia de familias’.
Podremos tener así una pastoral familiar en la que se respira plenamente el
espíritu de comunión eclesial”, afirmó el Papa.
Finalmente, el Santo Padre invitó a identificar las
prioridades pastorales y “las necesidades concretas de cada Iglesia local y a
seguirlas con creatividad y celo misionero”. Entre los desafíos que mencionó se
encontró “la preparación al matrimonio, el acompañamiento de los jóvenes
casados, la educación, la atención a los ancianos y la cercanía a las
familias heridas”.
“Hay que hacer un esfuerzo especial para formar a los
laicos, especialmente a los cónyuges y a las familias, para que comprendan
mejor la importancia de su compromiso eclesial, es decir, el sentido de la
misión que se deriva de ser cónyuges y familia. Muchas familias no son
conscientes del gran don que han recibido en el Sacramento, signo eficaz de la
presencia de Cristo que acompaña cada momento de su vida. Cuando una familia
descubre plenamente este don, siente el deseo de compartirlo con otras
familias, porque la alegría del encuentro con el Señor tiende a difundirse y
genera otra comunión; es naturalmente misionera”, concluyó el Papa.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa