«Tengo paz, somos una familia feliz. El secreto de la felicidad es darse y olvidarse de uno mismo. Es la gran lección de Álvaro en mi vida»
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Cortesía |
Álvaro
Tello es un músico y padre de familia cuyo mundo se parecía venir abajo al
descubrir los médicos una enfermedad rara de uno de sus hijos. Lo que parecía
una desgracia se convirtió en un camino de conversión y de entrega. No pensaba
que su testimonio fuera a tener tanta repercusión. Ahora, en la UVI con su
hijo, vive con paz lo que Dios quiera para Alvarito. Ésta es su historia.
El
niño sufre una enfermedad rara que aún no tiene nombre, pero que se manifiesta
entre otras cosas en parálisis cerebral. Una complicación en el estómago le
está provocando paradas respiratorias.
El
padre se plantea “que se puede ir”, con dolor pero con la paz que da saber que “Alvarito es un ángel que no está hecho para
este mundo, está hecho para Dios”.
La
escena se ha repetido en estos últimos días en el hospital 12 de Octubre de
Madrid. Alvarito está monitorizado, empieza a bajar el oxígeno, afecta al
corazón, los médicos acuden corriendo.
«Me
echan a la sala de espera, y yo, a rezar avemarías. Pienso que se va con el
Señor. Es muy duro, te planteas cosas muy fuertes. Me está obligando a ver que
si se va se marcha con Dios. Pasan 20 minutos, pienso que quizás ya esté con
Él. Me llaman, le han recuperado. Y vuelvo para dentro».
Un
sacerdote al que encontró –providencialmente- en la sala de espera ha dado la
Extremaunción al pequeño.
Agradece oraciones
Nos
dice que las oraciones siempre son bien recibidas. Por Alvarito y por su
familia. Su mujer Cristina y sus otros dos hijos, Andrés (9) y Jaime (2). Están
todos volcados con un niño que les ha cambiado la vida.
Álvaro
era músico, centrado en sus conciertos y –como él dice- en sus «mis». Lo que al
principio veía como «una faena de la vida» se convirtió en un camino de fe: «tengo paz, somos una familia feliz. El
secreto de la felicidad es darse y olvidarse de uno mismo. Es la gran lección
de Álvaro en mi vida».
Le
costó mucho dar el paso de contar su testimonio. En este vídeo cuenta su
historia: dolor, conversión, fe y esperanza. Si tiene 10 minutos, no se
arrepentirá de verlo.
Abrumado por el eco de su historia
Álvaro
no se considera un ejemplo de nada y no termina de comprender que su testimonio
esté impactando a quien lo ve. «Me ha sorprendido mucho, no
pensé que fuera para tanto».
Las
visitas al vídeo-reportaje no paran de crecer. Se cuentan por miles. Los
comentarios al vídeo de Youtube le llegan al corazón. Cuando los lee, mira a su
hijo y le dice: «Alvarito, la que has montado en un momento».
«Estamos
aquí (la vida) para un momento. Leo los comentarios que me dicen, miro a
Alvarito y da sentido. El dolor está ahí, no lo quita, pero le consigue dar una
visión sobrenatural. Creo que el Señor me ha usado como instrumento, yo sólo he
intentado hacer Su Voluntad».
Cómo Dios entró en su vida
Cuando
los médicos descubrieron la enfermedad de su hijo se le vino el mundo
encima: “Tuve miedo. Miedo
al dolor, a la incertidumbre, miedo a que el niño sufriera”. Su
hijo le necesitaba para todo.
Sus
prioridades cambiaron radicalmente. Una noche vio un vídeo de Sanjosemaría en
Youtube en el que una madre con un hijo como el suyo le pedía unas palabras
para poder llevar con alegría la situación.
La
respuesta del santo –llena de ternura- y la cara de los padres que preguntaban
le trastocaron. Le cambiaron, «me
hicieron verlo de una manera totalmente diferente». Ahora le
veían como un gran regalo que le había hecho el Señor.
Un
día entró en la iglesia de Jesús de Medinaceli, en Madrid. Rezó, se confesó,
participó en la misa, comulgó: «Salí
de la iglesia ‘volando’, con felicidad. Y me preguntaba ¿cómo he podido pasar
tantos años sin darme cuenta y valorar que esto estaba aquí para mí?».
Su
vida cambió por completo. Dedicada a su familia. Y siempre con esperanza, como
dice en el vídeo:
“Mie
esperanza absoluta es que Álvaro, en el Cielo, va a cantar, va a correr, va a
hacer el gamberro. Y yo quiero verlo. Y para verlo lo que tengo que hacer es
también ir al Cielo. Así que tengo que ser bueno. Y a ver si me cuelo”.
Ahora crea música cristiana
Con
trece años ya creó un grupo de música con sus amigos. Le encantaba tocar en
bandas, dar conciertos, grabar canciones… Tuvo que dejar la banda con el primer
embarazo de su mujer, pero montó un estudio de grabación en casa.
Hace un
par de años, decidió poner su talento musical al servicio del Señor. Empezó a
tocar en el coro de Santa María del Pilar, en la misa de familias del domingo,
y enroló para el coro a viejos amigos con los que compartió escenarios en otros
ambientes muy diferentes.
Su
hijo Alvarito siempre estaba con ellos en el coro, junto al altar. Con el Covid
tuvieron que dejarlo porque su hijo es persona de riesgo y estaban muy
expuestos, «pero volveremos», dice
el músico.
Y
mientras, ha creado un canal de Youtube llamado “Con Guitarras a María”.
Apostolado en forma de canciones que graba en su propia casa. Ya lleva
cinco. Alguna, como “Guadalupe”, le hacen sentir orgulloso del resultado.
Benito Rodríguez
Fuente: Aleteia