El Vaticano publicó este 24 de julio el balance consolidado de la Santa Sede del año 2020, en el cual se observan los efectos de la pandemia del COVID-19, con un déficit de 66,3 millones de euros.
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Imagen referencial. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
En esta línea, el prefecto de la
Secretaría para la Economía, P. Juan Antonio Guerrero Alves, destacó que la
Santa Sede recurrió al Óbolo de San Pedro para “apoyar el servicio de los
dicasterios para la misión del Papa” así como también que se dio “más ayuda a
las iglesias de los países más afectados por la pandemia”.
En una entrevista concedida a
Vatican News, P. Guerrero Alves dijo que “con todo lo acontecido, fue mejor de
lo que esperábamos” porque el déficit fue “un poco mejor al escenario
previsto”.
En esta línea, el prefecto de la
Secretaría para la Economía señaló que “el déficit ordinario fue de 14,4
millones de euros menor que en 2019: 64,8 millones de euros en 2020 frente a
los 79,2 millones de euros de 2019” y, sin embargo, “el rendimiento de las
inversiones financieras fue 51,8 millones de euros menor y el resultado
extraordinario ha sido también 17,8 millones de euros menor”.
Entre las decisiones que
implementaron para reducir la pérdida, P. Guerrero Alves subrayó que “los
dicasterios han actuado con responsabilidad” y redujeron sus gastos “mientras
que los que están más en relación con iglesias necesitadas aumentaron
contribuciones a Iglesias en necesidad por motivo del COVID-19, a veces
disminuyendo su patrimonio, como es el caso del Dicasterio para el Servicio de
Desarrollo Humano Integral”.
Además, el presbítero resaltó la
importancia de “la contribución del Óbolo a la misión del Santo Padre en los
últimos años”, en 2017 fue de 52 millones de euros; 2018 de 74 millones de
euros; 2019 de 66 millones de euros y 2020 de 50 millones de euros.”
“El Óbolo ha recaudado 44
millones de euros y contribuido en 2020 a la misión del Santo Padre con 50
millones de euros, además de 12 millones de euros de erogaciones directas a
proyectos concretos en diversos países. Ha gastado 18 millones de euros más de
lo recaudado”, añadió.
Asimismo, el P. Guerrero Alves
explicó que “en la reciente reunión
del Consejo para la Economía se aprobó una nueva lista de los entes,
que incorpora las novedades de los últimos Motu Proprio del Papa en materia
económica” y agregó que “los pasos que se están dando en la buena dirección de
una mejor gestión, un control más eficaz y una mayor trasparencia ayuden a
recuperar la credibilidad”.
En este sentido, el prelado
recordó también algunos de los últimos Motu Proprio del Papa Francisco en
materia económica que buscan hacer “una economía vaticana más trasparente” y
añadió que recientemente la comisión contra el reciclaje de dinero Moneyval “reconoció
los progresos hechos en la efectividad”.
Luego, el P. Guerrero Alves
reconoció los efectos negativos de la pandemia y la falta de ingresos en el
sector “que mal llamamos comercial, que incluye los museos que dependen de la
Santa Sede y las catacumbas, que están cerrados, o la oficina de viajes vinculada
a la Administración del Patrimonio de la Santa Sede Apostólica (APSA) que no ha
tenido mucho trabajo este año”.
“Esto ha supuesto una reducción
de ingresos de 11,6 millones de euros y una reducción en los gastos de 4,9
millones, es decir un neto de 6,7 millones menos. Los ingresos inmobiliarios se
han reducido bastante, pero menos de lo previsto. El impacto ha sido de unos 5
millones de euros de reducción y otros 5 millones de retraso en el pago. Es
decir, 51,8 millones de euros peor que el año pasado”, describió.
Por último, el P. Guerrero Alves
informó que actualmente los fondos de la Secretaría de Estado son gestionados
por la APSA en un modo trasparente” e informó que están preparando “la venta
del edificio de Londres” así como también “se siguen los procesos judiciales en
curso contra quienes creemos que han lesionado los intereses de la Santa Sede”.
“No sabemos como será el futuro,
pertenece a Dios y no podemos sino verlo con esperanza… Sin embargo, sabemos
que desde hace unos años todos los pasos que da la Santa Sede en el terreno
económico van en la buena dirección: coherencia con su doctrina social,
transparencia, control, eficiencia… La vida siempre se abre paso y
encontraremos caminos para avanzar”, concluyó.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa