Tener un hijo es solo el principio de lo que significa ser papá
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Un
día oí decir que «cuando nace un hijo, nace un padre también».
Me hizo pensar. En efecto, por mucha experiencia que tuviera a los 30 años, empezó una
nueva fase en mi vida cuando nació mi hija.
Mi trabajo diario empezó a requerir trabajo extra en casa. Cuidar
a nuestra bebé fue algo nuevo tanto para mi esposa como para mí. Crecimos y
fuimos más allá de nuestra zona de confort. Valientemente enfrenté su primer
baño y el primer corte de uñas, y abracé a nuestra hija durante sus vacunas.
Así es como este nuevo padre nació.
Volverme padre significó que tenía
mucho que aprender. Libros, charlas y conversaciones con otros
hombres que habían sido padres más tiempo que yo. Además, aprendí mucho de ls
Biblia.
Un padre misericordioso
En el Evangelio, Jesús describe a Dios como un padre
misericordioso. En la parábola del Hijo Pródigo(Lc 15, 11-32),
nos dice que, a pesar del sufrimiento causado por la ida de casa de su joven
hijo y sus malas decisiones, el padre lo recibe de vuelta con amor y compasión.
En este sentido, Jesús nos enseña que, como padres, siempre debemos estar
dispuestos a recibir de vuelta a nuestros hijos con gran amor.
En otro pasaje bíblico, Jairo, el jefe de la sinagoga, le pide a
Jesús que ayude a su hija que está enferma. Jesús le dice
que tenga fe, y el milagro sucede en su casa (Mt 9, 18-26).
Este texto nos muestra que, como padres, siempre debemos interceder por
nuestros hijos.
Otro ejemplo es san José, padre adoptivo de
Jesús en la tierra. Un hombre de pocas palabras y mucha acción, que fue capaz
de cuidar al niño Jesús y a su madre María.
Cuando me convertí en padre, intenté
acercarme todavía más a Dios, renovar mi fe, y pedir a san José
que intercediera por mí en mi misión como padre. También fue momento de mirar
hacia atrás, a mi infancia. Si llegué hasta aquí, es porque también tengo a un
gran padre, que siempre está a mi lado, y no escatimó en nada para proveer a su
familia de comodidad y bienestar para que pudiera crecer en el ambiente
armonioso de un hogar cristiano.
Con la inspiración del Espíritu Santo y el ejemplo recibido en
casa, estoy tratando cada día de ser un mejor padre para mis hijas, que ahora
tienen 19 y 16 años.
Mário Scandiuzzi
Fuente: Aleteia






