El Papa Francisco insistió en resaltar la dignidad del trabajo, una dignidad que no puede ser sustituida por los subsidios, subsidios que, en opinión del Santo Padre, constituyen “una ayuda provisoria”, pero “no se puede vivir de subsidios”
Aciprensa |
El Papa hizo esta apreciación en
el mensaje de video que envió este jueves 14 de octubre a los participantes en
el Coloquio de la Fundación Instituto Para el Desarrollo Empresarial de la
Argentina (Fundación IDEA), que se está celebrando en Buenos Aires.
El Pontífice insistió en que “lo
que da dignidad es el trabajo. El que no tiene trabajo, siente que le falta
algo, le falta esa dignidad que da propiamente el trabajo, que unge de
dignidad”.
En su mensaje el Papa lamentó que
“algunos me han hecho decir cosas que yo no sostengo: que propongo una vida sin
esfuerzo, o que desprecio la cultura del trabajo”.
“Es curioso, no ponían la plata
en el banco los migrantes, sino que: ladrillos y terreno. La casa, lo primero.
Miraban adelante hacia la familia. Inversión de familia”, destacó.
El Papa continuó: “El trabajo
expresa y alimenta la dignidad del ser humano, le permite desarrollar las
capacidades que Dios le regaló, le ayuda a tejer relaciones de intercambio y
ayuda mutua, le permite sentirse colaborador de Dios para cuidar y desarrollar
este mundo, le hace sentirse útil a la sociedad y solidario con sus seres
queridos”.
Por eso el trabajo, “más allá de
los cansancios y dificultades, es el camino de maduración, de realización de la
persona, que da alas a los mejores sueños”.
“Siendo esto así, queda claro que
los subsidios sólo pueden ser una ayuda provisoria. No se puede vivir de
subsidios, porque el gran objetivo es brindar fuentes de trabajo diversificadas
que permitan a todos construir el futuro con el esfuerzo y el ingenio”.
Al diversificarse, las fuentes de
trabajo “abren el camino para que las distintas personas encuentren el contexto
más adecuado para desarrollar sus propios dones, ya que no todos tienen las
mismas capacidades e inclinaciones”.
Por último, abogó por un diálogo
entre empresarios y trabajadores, diálogo que considera “no sólo indispensable
sino también fecundo y prometedor”.
Por Miguel Pérez Pichel
Fuente: ACI Prensa