El Papa ha advertido sobre el fenómeno del lavado de conciencia: "La vida no se vende por ningún motivo, tanto más si es pobre, precaria y frágil"
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Entre las numerosas audiencias
que ha tenido el Papa Francisco este lunes, particularmente importante ha sido
la que ha tenido con la ANMIL, una
asociación italiana que agrupa a amputados e inválidos en el trabajo y que
celebra su 80 aniversario.
El Santo Padre ha agradecido el
trabajo de esta asociación por lo que sigue haciendo “por la protección y la
representación de las víctimas de accidente laborales, las viudas y los
huérfanos”. Francisco ha recordado la triste muerte de los cinco hermanos que
murieron en Italia hace pocos días mientras trabajaban en las vías de un tren:
“Gracias por seguir insistiendo en la cuestión de la seguridad en el trabajo,
donde siguen produciéndose demasiadas muertes y desgracias”.
“No se trata sólo de garantizar
una asistencia y una seguridad social adecuadas a quienes sufren formas de
discapacidad, sino también de dar nuevas oportunidades a personas que
pueden re-insertarse y cuya dignidad exige ser plenamente reconocida”, ha
pedido el Papa.

























