El santo se apareció y pidió ser enterrado en las catacumbas que ahora llevan su nombre. Justo encima, una bella Basílica lo recuerda
Maria Paola Daud-ALETEIA |
Si hablamos de San Sebastián, hay
en Roma dos lugares emblemáticos que hay que visitar. Se trata dos lugares
donde aún se recuerda la historia y vida del que pueda que sea uno de los
santos más representados y recordados de la Iglesia católica. Conozcamos estos
dos lugares:
Basílica menor de san Sebastián
extramuros
La basílica de san Sebastián
extramuros, se encuentra en la antiquísima vía Apia en Roma. Bajo ella se
encuentran las catacumbas, donde fue enterrado el santo. Por esta razón lleva
su nombre.
Sus restos se encuentran sobre el
altar arriba de la bellísima escultura que lo representa, obra de Giuseppe
Giorgetti basada en un diseño de Bernini.
1. Una de las flechas extraídas del
cuerpo de San Sebastián y la columna a la que fue atado para el fusilamiento de
la sentencia de muerte.
2. El famoso Salvator Mundi
(Busto del Salvador), la última obra maestra de Gian Lorenzo Bernini
redescubierta el 2001 en el convento contiguo a la iglesia.
3. Un exvoto original pagano
que según la tradición reproduciría las huellas de Jesús durante el encuentro
con Pedro que tuvo lugar frente a la iglesia de “Domine, quo vadis?”.
San Sebastián se convirtió en el
vértice de la famosa peregrinación de la “Visita a las Siete Iglesias”
instaurada por San Felipe Neri.
Catacumbas de san Sebastián
10 metros debajo de dónde se
encuentra la basílica están las catacumbas.
Divididas en 4 pisos, con 12 km
de galerías, estas fueron construidas entre los siglos I y II.
Inicialmente fue un vasto lugar
funerario pagano con tumbas de cremación e inhumación. En el sector norte se
levantó una serie de palomares de doble hilera.
En esta primera época, en la zona
sureste, se construyó un conjunto de viviendas, conocido como ‘Villa Grande’,
que fue decorado con pinturas murales, incluyendo un hermoso paisaje con villas
marinas en una pared de la sala principal.
Más tarde fueron los cristianos a
enterrar allí los cuerpos de los fieles, entre ellos algunos mártires como
Sebastián soldado romano cristiano.
Algunos símbolos de la
iconografía cristiana como el símbolo del “pez”, hallados en estas tumbas
indican la presencia cristiana, lo que confirma que la transición de la
fase pagana a la cristiana se produjo de forma gradual.
Muchas de las inscripciones
votivas, en latín, griego, siríaco y arameo, hacen referencia a los
apóstoles Pedro y Pablo.
Según la tradición, los cuerpos
de los dos apóstoles fueron depositados en el 258, durante la persecución de
Valeriano, para protegerlos de posibles profanaciones y aquí permanecieron
durante unos 50 años.
Todavía son claramente visibles
una invocación a los dos santos: “Paule et Petre petite pro victore”, o “Pablo
y Pedro oren por la victoria”.
Otra leyenda cuenta que san
Sebastián, jefe arquero romano, fue mandado matar por orden de Diocleciano. Su
delito: Hacer proselitismo de la religión cristiana.
Sus mismos arqueros le lanzaron
cientos de flechazos y lo dejaron para que se lo comieran las bestias.
Los animales no lo tocaron y
Diocleciano lo mandó a matar de nuevo y el cuerpo sin vida fue arrojado a las
cloacas.
San Sebastián se aparecerá a la
cristiana Lucila y le pedirá ser enterrado en estas catacumbas, donde se puede
ver su cripta.
Más tarde sus restos fueron
colocados en la basílica que se encuentra encima, dedicada en su honor.
María Paola Daud
Fuente: catacombe.org