Este animal sorprende a una parroquia en Los Andes venezolanos al llegar cada día a misa
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Los lugareños cuentan emocionados
esta historia…porque no es cuento. Es verdad y ocurre cada día en un enclave
montañoso del estado Táchira, fronterizo con Colombia.
Un caballo se asoma al interior
de una iglesia rural, introduce medio cuerpo más allá de la puerta y se queda
inmóvil, parado, como escuchando atentamente lo que ocurre en el interior. Sin
siquiera un relincho, ni una coz, sin hacer el menor ruido permanece parado
cerca de la puerta como si tuviera conciencia de lo que pasa en la celebración
eucarística.
Un “fiel“ más
Escucha atento al sacerdote,
disfruta de los cantos y deja interrogantes en el atónito grupo de feligreses
que no se explican la consecuente presencia del animal en las misas y menos su
“respetuosa” permanencia durante toda la celebración.
Según comentan testigos, el
caballo siempre se acerca a oír la misa sin entrar completamente al santuario
y, al terminar la misma, se retira tan discretamente como llegó.
Es como si supiera, que no debe
traspasar más allá del umbral de la puerta, pues su descomunal “arquitectura
corporal” sería invasiva durante la ceremonia.
Algo muy tierno
“Los fieles que asisten al
santuario de San Pablo de Coloncito en el estado Táchira se han acostumbrado a
presenciar un hecho curioso pero muy tierno, protagonizado por un caballo que
asiste a diario a este lugar para oír la palabra de Dios”, se lee en la crónica
del mencionado diario.
Los asistentes al acto religioso
han manifestado sentirse sorprendidos y encantados de ver cómo la fe mueve
montañas y transforma lo imposible en realidad.
Licette Yépez, investigadora,
amante y defensora de los animales, puso el video en su cuenta de twitter:
«Este caballo, se acerca siempre que hay misa. Él llega, se para allí, oye toda
la misa y se retira al terminar, esto sucede en el santuario San Pablo de
Coloncito, Estado Táchira Venezuela».
El video
La grabación doméstica que
realizaron los asistentes a la misa es la prueba más hermosa y patente de esta
realidad de «fe equina» que a diario viven los pobladores de la zona, a quienes
sorprende la constancia del caballo y su fascinación por la misa y los cantos,
lo cual honra con un comportamiento ejemplar.
Tal vez más respetuoso que el de
muchos feligreses que frecuentan nuestros templos.
Macky Arenas
Fuente: Aleteia