Síntesis de Robert Barron, uno de los
grandes expertos en nueva evangelización
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Robert Barron, ahora obispo auxiliar de Los Ángeles, es experto en nueva evangelización |
Robert Barron, obispo auxiliar de
Los Ángeles, es uno de los mayores expertos en comunicación y nueva
evangelización en el seno de la Iglesia Católica. A través de sus millones de
seguidores en las redes sociales ofrece a menudo técnicas para atraer a los
alejados.
En una de sus conferencias ofrecida en Orlando
organizada por al Conferencia Episcopal de Estados Unidos en julio de 2017
ofreció algunas claves para impulsar la nueva evangelización y formar
misioneros que den respuestas a los desafíos actuales.
En su intervención que recogía National Catholic Register, Barron dio una
conferencia titulada “Equipar a los evangelizadores”. En ella dijo
a todos los líderes presentes en que la forma de evangelizar debe agarrar al
mundo por los hombros y sacudirlo de su apatía. Pidió perder el miedo y los
complejos utilizando las numerosas armas de las que posee la Iglesia.
Una pelea que hay que disputar
Para este experto, la evangelización debe ser puesta
en primer lugar y como algo “urgente” puesto que los nones (personas
que responden en las encuestas no o ninguna sobre la religión que profesan),
crecen rápidamente en Estados Unidos y más aún en Europa. Si no se batalla no se
podrá ganar la guerra. “Tenemos una lucha en nuestras manos, pero los
grandes santos de nuestra Iglesia siempre han amado una buena pelea, y nosotros
también deberíamos", dijo el auxiliar de Los Ángeles.
Su conferencia la centró en los evangelizadores y las armas que deben tener
pero para ello considera imprescindible, primero, conocer a lo que se
enfrentan, y segundo, saber de qué armas disponen para comenzar esta
“lucha”. Por ello, Barron habló de tres desafíos y tres oportunidades
principales con la que los evangelizadores y misioneros católicos se enfrentan
hoy en día.
Los desafíos son según él son el cientifismo, la cultura de la apatía y la
autodeterminación.
1. El cientifismo
Para Barron el compromiso que hay en estos momentos en
el mundo de la cultura con el “cientifismo”, o la creencia de que el único
conocimiento valioso es el científico, es uno de los grandes retos a los
que se enfrentan los evangelizadores. Su mensaje siempre se encontrará
con un muro ante los que defienden esta concepción.
“Permítanme ser claro: la Iglesia Católica no tiene nada en contra de
las ciencias, la Iglesia está con la ciencia en su mejor momento”, dijo.
Pero añadía que “a lo que la Iglesia se opone es al cientifismo, o la reducción
de todo conocimiento a la forma científica del conocimiento”.
Hablar de Dios en una cultura embargada por este pensamiento es un desafío para
los católicos pero considera imprescindible hacerlo. “Cuando nosotros, como
cultura, nos aislamos de todas las referencias a lo trascendente, hacemos daño
al corazón humano, hacemos daño al espíritu humano”.
2. La cultura del ‘pasotismo’
En su diagnóstico, Barron destacó la “apatía
desenfrenada” que existe en la sociedad de hoy, especialmente entre
los más jóvenes, que están marcados por no abrazar la verdad, sino que hablan
de la posverdad. “Si no hay verdades objetivas y no hay valores objetivos se
produce una cultural del ‘meh’ (pasotismo, apatía)”, agregó.
Sin embargo, la verdad y lo que representa son parte fundamental de la misión
del católico. Recordó las palabras del beato Newman, quien dijo que un río
recibe su energía y fuerza desde su nacimiento. Si al río le quitas los
márgenes se convertirá en un “lago grande, perezoso. Plácido, sin energía ni
propósito”.
Según el obispo auxiliar de Los Ángeles, “nuestra sociedad hoy es como un gran
lago perezoso, donde todos nosotros flotamos, tolerándonos unos a otros, no
entrando en el camino del otro, pero sin energía ni propósito”.
Pero la evangelización –añadió- es la antítesis de esta apatía pues
“una vez que has sido agarrado por el poder de Dios sabes a dónde ir y lo haces
con energía”.
3. Autodeterminación
Robert Barron habló del tercer desafío, la
“autodeterminación” basada en un mal entendimiento de la palabra “libertad”. “La
creencia central ampliamente aceptada por los jóvenes es que la libertad define
la identidad”, aseguró.
“Mi libertad viene primero y luego ya determino la esencia, quien soy, el
significado de mi vida. Todo está basado en mi libertad: mi sexualidad,
mi género, el propósito de la vida”. Así definió el obispo el pensamiento
de millones de jóvenes hoy.
Sin embargo, el cristianismo ofrece todo lo contrario pues predica que “tu vida
no es tuya, no depende de ti”. Recordando la cita de San Pablo de “ya no
soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí”, Barrón agregaba que cuando
has sido atrapado “por el poder de Jesucristo, tu pequeño drama del ego se
vuelve bastante menos importante”.
De tres desafíos a tres oportunidades
Tras presentar estos tres grandes desafíos a los que
se enfrentan los católicos, el experto ofreció a los presentes tres
oportunidades de evangelización basadas en la verdad, la bondad y la belleza.
1. Una verdad inteligente
“Odio el catolicismo rebajado”, dijo de manera
contundente, es decir, poner sólo el énfasis “en lo superficial”. “Somos una
religión inteligente y cuando no expresamos el catolicismo de una manera
inteligente la gente desaparece”, agregó.
Barron instó a catequistas, apologetas y evangelizadores a comprender los
grandes argumentos sobre la existencia de Dios pues los jóvenes a menudo
no tienen una comprensión solida de Dios más allá de una vaga deidad.
El obispo reconoció que su argumento favorito es que la existencia proviene de
Dios y que nada se creó a sí mismo. “El Dios del que estoy hablando
sostiene el universo entero en todo momento al igual que un cantante
crea una canción. La creación continua, ese es el Dios del que la Iglesia habla
y el que debemos transmitir a nuestros jóvenes”.
2. Bondad de los cristianos radicales
Barron explicó en este segundo punto que cuando la
vida cristiana se abraza de manera completa y radical la bondad destaca en el
mundo. Puso como ejemplo a la Madre Teresa, que evangelizó el mundo con su
testimonio radical de bondad.
A lo largo de la historia de la Iglesia, dijo, “la bondad y la
radicalidad de la vida cristiana atrajeron la atención del mundo” recordando
la vida y las obras de los santos Benito, Domingo y Francisco.
“Necesitamos recuperar lo que todas estas grandes figuras encontraron,
esta forma espléndidamente radical de la vida cristiana. Cuando se vive así
públicamente, se evangeliza”, agregó.
3. La auténtica belleza
La tercera oportunidad de la que habló el obispo
auxiliar de Los Ángeles fue de la belleza, indicando que quizás la mejor
oportunidad para comenzar la evangelización sea mostrarla al mundo. “Lo
objetivamente valioso y bello es algo tan intrínsecamente bueno que nos atrapa,
nos detiene en nuestros caminos, en algo llamado como arresto estético”.
Barron consideró que en una forma fácil para empezar a evangelizar porque es
tan simple como “mostrar, no decir”. Dirigiéndose a los presentes
les dijo: “sólo muestra a la gente la belleza del catolicismo: muéstrales
catedrales, muéstrales la Capilla Sixtina, muéstrales a las hermanas de la
Madre Teresa en el trabajo. No les digas qué pensar y cómo
comportarse, muestra la belleza del catolicismo, que tiene un poder
evangélico”.
“No hay nada más hermoso que el morir y resucitar de Jesucristo y los apóstoles
lo comunican con una urgencia de ‘agarrar por lo hombros’. Éstas son personas
atrapadas por algo tan poderoso y tan abrumador que quieren agarrar al mundo
por los hombros y hablarles sobre esto”, dijo el obispo.
“Necesitamos estar llenos del mismo entusiasmo por la belleza de nuestra fe”,
concluyó.
Artículo adaptado y actualizado del original publicado
en ReL en julio de 2017.
J. Lozano
Fuente: ReL