El significado del primero de los Diez Mandamientos: "Amarás a Dios sobre todas las cosas"
| Revista Ecclesia |
El "Decálogo" aparece en la Biblia en los libros del Éxodo y
del Deuteronomio y representa los principios éticos que cada cristiano tiene
que seguir durante su vida
El primero de los Diez Mandamientos afirma:
“Amarás a Dios sobre todas las cosas”. En el evangelio según San Mateo,
el propio Jesús nos da la clave de este primer mandamiento y su elemento
central: el amor. "'Maestro,
¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?' le preguntan los discípulos.
Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con
toda tu alma y con toda tu mente".
Los Diez Mandamientos,
conocidos también como los diez mandamientos de la ley de Dios, así como con el
nombre de “Decálogo”, son los principios
éticos y de culto que ocupan una parte fundamental en la religión cristiana.
El
verbo amar, fundamental
Todos sabemos la importancia que tenían
los mandamientos para los judíos, y la sigue teniendo ahora también para los
cristianos. Por tanto, Jesús sabía que la
respuesta a aquella pregunta, era todavía más importante. ¿Qué es lo primero que tenemos que hacer?
Amar. Ese es el primer verbo que utiliza.
Este primer mandamiento indica que Dios
debe ser lo más importante en tu vida. Hay que
amarlo, respetarlo, vivir cerca de Él con la oración.
Si tenemos en cuenta que Dios lo es todo para nosotros, enseguida queda claro que el significado del primer mandamiento no va de amar a alguien en concreto, ni de adorar a ningún ser superior. ¿De qué va, entonces? Los Jesuitas, en su catequesis, nos dejan este precioso mensaje: "Amar a Dios sobre todas las cosas no significa amar solo a Dios o amarlo más. Quizás significa amarlo en todas. O que allá donde amas de verdad puedas aprender a descubrir el reflejo del Dios que es amor.
El significado del primer mandamiento
La primera parte del mandamiento,
“amarás a Dios”, en realidad significa que debemos amarlo todo. No hay una cosa
que se deba amar más que a las otras, así que esta parte se puede sustituir,
por ejemplo, por: “lo amarás todo”,
“amarás a la vida” o simplemente “amarás”.
La segunda parte, “sobre todas las
cosas”, quiere decir que, de todas las cosas que existen, Dios es la más
importante. Y esto deja a las otras en un segundo plano. La verdad es que este
“sobre todas las cosas” no se refiere a Dios como ser, sino al acto de amar.
Así pues, el primer mandamiento no nos está diciendo que de todos los seres
existentes hay uno que es superior, sino que de todos los actos que podemos hacer, amar es el más
importante.
Fuente: Revista Ecclesia





