El Papa Francisco alentó a religiosos a evangelizar educando y a educar evangelizando con alegría
![]() |
El Papa con los hermanos de La Salle. Foto: Vatican Media |
Así lo dijo el Santo Padre este
21 de mayo al recibir en el Vaticano al Capítulo General de los Hermanos de las
Escuelas Cristianas, conocidos como Hermanos de La Salle o Hermanos de las
Escuelas Cristianas, congregación de maestros laicos fundada por San Juan
Bautista de La Salle.
En su discurso,
el Papa Francisco se detuvo en el tema del Capítulo General “Construir nuevos
caminos para transformar vidas” para destacar que el “camino verdaderamente
nuevo, es Jesucristo: siguiéndolo, caminando con Él, nuestra vida se
transforma, y nos convertimos a su vez en levadura, en sal, en luz”.
Además, el
Papa recordó que, según el carisma de San Juan Bautista de la Salle, los
“nuevos caminos” son, ante todo, “caminos educativos, que deben aplicarse en
las escuelas, colegios y universidades que dirigen en el centenar de países
donde están presentes”.
En esta línea, el Santo Padre
reconoció que “es una gran responsabilidad” y agradeció al Señor porque “la
labor educativa es un gran regalo ante todo para quienes la llevan a cabo: ¡es
un trabajo que pide mucho, pero que da mucho!”
“La relación constante con los
educadores, con los padres y, sobre todo, con los niños y jóvenes es una fuente
de humanidad siempre viva, incluso con todas las dificultades y problemas que
conlleva”, afirmó el Papa.
De este modo, el Papa subrayó
algunos de los valores de esta rica tradición pedagógica porque educan “en la
responsabilidad, en la creatividad, en la convivencia, en la justicia, en la
paz” y añadió la importancia de “educar en la vida interior, en la apertura a
lo trascendente, en el sentido de la maravilla y la contemplación ante el
misterio de la vida y la creación”.
Por ello, el Santo Padre
agradeció a los hermanos de La Salle por estar en primera línea educando para
pasar de una cultura del descarte a una cultura del cuidado; de la búsqueda de
intereses creados a la búsqueda del bien común”.
En este sentido, el Papa pidió
realizar una “alianza educativa” con las familias, las comunidades, las
organizaciones eclesiales y con las realidades formativas presentes en el
territorio.
Finalmente, el Santo Padre
recordó que “para ser buenos trabajadores, no deben descuidarse” porque “no
pueden dar a los jóvenes lo que no tienen dentro de ellos”.
“El educador cristiano, en la
escuela de Cristo, es ante todo un testigo, y es maestro en la medida en que es
testigo. No tengo nada que enseñarte en esto, sino solo, como hermano, quiero
recordarte: da testimonio. Y sobre todo rezo por ustedes, para que sean
hermanos no solo de nombre sino, de hecho. Y que sus escuelas sean cristianas
no de nombre sino, de hecho”, concluyó el Papa.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa