La aristócrata conversa fue la encargada de realizar el pregón del Domund de este año en España
![]() |
| Dominio público |
La marquesa de Griñón,
Tamara Falcó, encontró en el mundo aparentemente más frívolo de los famosos su
tierra de misión, su “Calcuta”, a la que llevar a Cristo, tras darse cuenta
gracias a una amiga de que, ser “cristiana no practicante”, es “como ser
vegetariana y comer carne”.
La aristócrata conversa fue la encargada de realizar el pregón del
Domund de este año en España. A través de sus palabras, pronunciadas en la
Colegiata de San Isidro en Madrid, transmitió cómo entiende la misión y, en
particular, su misión como cristiana.
Falcó se apoyó en un texto de Santa Teresita de Lisieux que
expresa sus ansias misioneras: “Oh amado mío. Una sola misión no me bastaría.
Desearía anunciar al mismo tiempo el Evangelio en las cinco partes del mundo y
hasta en las islas más remotas”.
“Unas líneas que me inspiran muchísimo”, reconoció la pregonera
antes de adentrarse en su historia de reencuentro con Dios.
A Jesús por María
“Soy conversa desde hace solamente 13 años”, y en este tiempo, “me
han pasado muchas cosas preciosas al lado de Jesús”, compartió con los
presentes. La primera de ellas es que conoció a la Virgen María “que es una
madre preciosa” y a través de ella a Jesús.
“Cuando ya empezaba a adorarla como si fuera Dios, me llevó a su
Hijo y allí descubrí un Dios vivo, a Jesús y Jesús es lo máximo”, detalló. “Es
ese amigo que nunca te falla, que te quiere, que lo sabe todo sobre ti”,
añadió.
Pero antes de todo esto, aunque había sido bautizada y hecho la
Primera Comunión, en su casa no se vivía un ambiente cristiano: “No seguíamos
en cada ninguna de las reglas del cristianismo -alguna me imagino que sí, pero
la gran mayoría no-”.
Sin embargo, siguió narrando, a través del amor de Jesús descubrió
“que podía ser feliz, que me había faltado algo toda la vida. Y de repente ese
algo estaba llenado por Jesús”. Así que se confirmó a los 27 años.
“No entendía
nada”
Una vez reconfortada con el Espíritu Santo, Tamara Falcó comenzó a
dar testimonio público de su fe.
¿Por qué? “Jesús era mi amigo, y como buen amigo que había sido y
que había luchado por mí durante todo este tiempo… pensé: Yo puedo hacer una
pequeña cosa por Él, que es contar la verdad”, explicó resuelta.
Y con el testimonio, comenzaron las críticas, pero cuanto más
arreciaban, ella pensaba: “Más puntos ganas para el cielo”.
La hija del
Marqués de Griñón e Isabel Preysler
Sin embargo, Tamara Falcó tenía una inquietud en su corazón: “El
Señor me había puesto en un sitio que yo no entendía absolutamente nada. Qué
hacía yo siendo hija del Marqués de Griñón, hija de Isabel Preysler, con mis
padres separados y casado smuchísimas veces”.
La marquesa de Griñón confesó tener la tentación de haber deseado una “familia
cristiana normal”, pero todo cambió gracias a una frase de Santa Teresa de
Calcuta:
“Se puede encontrar Calcuta en todas partes si tienes ojos para
ver, y no solo para ver, sino para mirar. En todos los lugares del mundo hay
personas no amadas, no deseadas, rechazadas; personas a las que nadie ayuda,
personas marginadas y olvidadas, y esta es la mayor de las pobrezas”.
Esto mismo es lo que descubrió en una breve estancia en una misión
en Mozambique, al orfanato Casa do Hiato, donde la alegría de los niños tan
desamparados, caló hondo en su corazón.
“¿Cómo puede ser que, frente a todo esto, estos niños estén bien y
yo vaya de repente a sitios donde la
gente se supone que tiene más -guapos, ricos, todo famosos- y la gente se
suicida?”, se preguntaba.
Entonces comprendió su misión: “Llevar a Cristo a todos los
lugares, incluido esos sitios que parecían más frívolos. porque la gente tiene
alma, también son hijos de Dios”.
Tamara Falcó concluyó invitando a los presentes, siguiendo las
palabras de la Madre Teresa, a encontrar su propia Calcuta, para añadir: “Y
acordaros que seréis sus testigos”.
Por Nicolás de Cárdenas
Fuente: ACI Prensa






