Este es el corazón del breve pero intenso discurso del Papa Francisco a la redacción de "Mujeres Iglesia Mundo" en la audiencia celebrada esta mañana en la Sala de los Papas del Palacio Apostólico
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Audiencia del Papa a las integrantes de la revista "Donne -Chiesa-Mondo" |
El Papa Francisco recibió en audiencia a la redacción de la revista mensual
del Osservatore Romano que destaca la contribución de las mujeres en la vida de
la comunidad eclesial. Siempre leo la revista con placer, dijo el Papa,
"porque me gusta, me gusta este desafío que ya está en el título".
"La mujer tiene la capacidad de tener juntos tres lenguajes: el de la mente, el del corazón y el de las manos. Y piensa lo que siente, siente lo que piensa y hace, hace lo que siente y piensa. No digo que todas las mujeres lo hagan, pero tienen esa capacidad, la tienen. Eso es estupendo". Este es el corazón del breve pero intenso discurso del Papa Francisco a la redacción de "Mujeres Iglesia Mundo" en la audiencia celebrada esta mañana en la Sala de los Papas del Palacio Apostólico.
La ocasión era el décimo aniversario
del inserto mensual de 'L'Osservatore Romano' y el cuarto aniversario, con el
próximo número en mayo, del actual comité coordinado por Rita Pinci que, en
nombre de toda la redacción, se dirigió al Santo Padre subrayando la belleza de
trabajar en equipo: "Trabajamos todos juntos, nosotros que vemos hoy aquí
y las personas que por diversos motivos no han podido venir: el comité de
dirección, la redacción, nuestras dos diseñadoras gráficas... somos un buen
grupo y trabajamos con gran interés, pasión y también alegría. Y el nuestro es
un grupo intercultural e interreligioso. Entre nosotras hay creyentes y no
creyentes, somos mujeres de diferentes credos y confesiones, madres de familia
y mujeres sin hijos, profesoras, funcionarias, empleadas, periodistas,
escritoras... y esta es una fuerza de nuestro periódico'.
El Papa dio las gracias a la coordinadora y, dirigiéndose a todos los
presentes, subrayó su placer por la lectura del mensual: "Leo Mujeres,
Iglesia, Mundo, desde los tiempos de la coordinación del profesor Scaraffia: lo
leo desde siempre, porque me gusta, me gusta este desafío que ya está en el
título". Y luego añadió: 'Las mujeres tienen una capacidad de gestión y de
pensamiento totalmente diferente a la nuestra y también, yo diría, superior a
la nuestra, de otra manera. Lo vemos también en el Vaticano: donde ponemos
mujeres, inmediatamente la cosa cambia, sigue adelante. Lo vemos en la vida
cotidiana, muchas veces lo vi cuando pasaba en el autobús, haciendo cola para
visitar a sus hijos en la cárcel y las mujeres allí: la mujer que nunca deja a
su hijo, ¡nunca! Y recuerdo a un buen sindicalista, ya fallecido, que me
contaba que cuando tenía 20-21 años vivía la buena vida y vivía con su madre,
ambos pobres, y dormía en la entrada de la casita; por la mañana él, todavía
borracho de la noche anterior, veía a su madre salir de su habitación, pararse,
mirarle con ternura e irse a trabajar, como mujer de servicio, por un salario
mínimo. Fue esa mirada, "fuerte y suave" - así me lo contó - "la
que un día me tocó el corazón y cambié". Y este hombre se convirtió en un
gran sindicalista".
De las confidencias personales a la reflexión general el paso es corto:
"Mujeres, mujeres: usamos lo femenino como cosa de descarte, de juego, de
broma" y luego otra vez un recuerdo, preciso, concreto: "Una vez le
pregunté a Von der Leyen "Dígame, señora: usted es médico y tiene siete
hijos, llama por teléfono todas las tardes; dígame: ¿cómo consiguió desbloquear
aquella oposición del Informe de la Unión Europea a Europa durante el Covid, la
cuestión del Benelux y algunos otros países que se oponían entre sí, cómo lo
hizo? ". Ella me miró y en silencio empezó a gesticular con las manos de
forma afanosa, yo la miré atentamente, observando sus manos, y finalmente dijo:
"Como hacemos las madres". Es así, es otra manera, es otra categoría
de pensamiento, pero no sólo pensamiento: pensamiento, sentimiento y obras'. He
aquí la referencia a las palabras citadas sobre los "tres lenguajes de la
mujer: mente, corazón y manos", antes de concluir: "Por eso me gusta
leer y animar esta revista mensual, y no es una especie de feminismo clerical
del Papa, ¡no! Es abrir la puerta a una realidad, a una reflexión que va más
allá. Por eso les doy las gracias y ahora las saludo una por una".
Osservatore Romano
Vatican News