La Hermandad Obrera de Acción Católica celebró en Segovia su XIV Asamblea General de Militantes, en la que se leyó un mensaje del Papa Francisco
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Votación durante la asamblea. Foto: HOAC |
Entre el 12 y el 15 de agosto la
Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) celebró en Segovia su XIV Asamblea
General de Militantes, bajo el lema Tendiendo puentes, derribando muros,
en la que el Papa Francisco quiso
estar presente a través de un mensaje en el que reconoció a la entidad
«su valiosa entrega y compromiso en seguir siendo Iglesia que camina en el
mundo del trabajo» y subrayó que «ser una Iglesia que acompaña desde las periferias
implica estar cerca de aquellos que sufren la precariedad laboral y la falta de
oportunidades».
Como conclusión del encuentro, la
HOAC aprobó
una serie de resoluciones en las que se comprometió a «actuar como
samaritanos colectivos» ante la «situación de vulnerabilidad de los
trabajadores migrantes». En ellas también alentó al mundo político a no
olvidarse de la fraternidad y expresó su voluntad de defender la igualdad y
actuar ante la «feminización de la pobreza». Asimismo, la hermandad instó, «en
defensa de los servicios públicos, a «poner en el centro la dignidad de cada
persona, atender a sus necesidades vitales y posibilitar desarrollarse en todas
sus potencialidades».
Una democracia más débil
Las resoluciones aprobadas por la
organización pretenden hacer frente a un modelo económico y cultura como el
actual, que «descarta a la persona e idolatra el dinero, devastando las
relaciones sociales y la tierra que habitamos», aseguran.
El reto más importante, sin
embargo, es el de acabar con las «enormes» desigualdades económicas, sociales y
ambientales, «cada vez más normalizadas», que «son un poderoso mecanismo de
empobrecimiento y exclusión del mundo obrero». La tarea no es baladí, reconoce
la HOAC, pues «una mayor y creciente desvinculación social debilita la
democracia».
Por último, la hermandad señala
otros «retos importantes para nuestra misión evangelizadora», tales como «hacer
frente a este sistema inhumano y deshumanizador, afrontar las causas
estructurales de la desigualdad y empobrecimiento; y crecer en la conciencia de
que “el medioambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y
responsabilidad de todos”», como se lee en el punto 95 de la encíclica Laudato
si.
Apoyo del episcopado
Ante la tarea, la hermandad no
solo recibió el apoyo el Papa, sino también el del presidente de la Conferencia
Episcopal y arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, que mandó un
saludo a los más de 800 participantes de la Asamblea General.
El episcopado estuvo representado
presencialmente por el arzobispo de Zaragoza y presidente de la Comisión
Episcopal de Laicos, Familia y Vida, Carlos M. Escribano; por el obispo de
Almería y consiliario de la Acción Católica Española, Antonio Gómez Cantero, y
los obispos de Astorga, Osma-Soria, León y Bilbao. También hicieron acto de
presencia el vicario general de Segovia, el director del Departamento de
Pastoral del Trabajo y el director de la Subcomisión de Acción Caritativa y
Social de la CEE.
Fuente: Alfa y Omega