La
adoración es un acto voluntario: puedes adorar a Dios cuando puedas y donde
quieras, sólo tienes que saber hacerlo bien…
![]() |
Shutterstock |
Para
adorar a Dios, basta con decirle estas palabras sencillas:
“Señor,
estoy en tu presencia y reconozco que eres el primero en mi vida. Tú eres mi
Dios, mi creador, mi Padre, y me pongo en tus manos. Toma mi vida y todo lo que
me pertenece, porque te amo y quiero pertenecerte sólo a Ti”.
Este acto puede durar así un
minuto, un poco menos o mucho más dependiendo de las circunstancias.