Las
ofensas recibidas y las expectativas incumplidas pesan en nuestro interior, no
vivimos la misericordia, el amor gratuito...
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El mal existe en este mundo, y no quiero
cerrar los ojos. El mal me hace daño. Me envenena. Me duele. Me hiere. Turba mi
alegría.
Me asusta que
el mal me haga malo. Oscurece mi ánimo. Me quita esperanza. Siento que su poder
es superior al poder del bien.