El Pontífice predicó en su primera homilía en
Myanmar sobre la sabiduría de Dios que da las coordenadas para la vida y supera
la lógica humana
En la primera misa pública celebrada en
Myanmar el papa Francisco ha pedido a los cristianos no responder a la violencia
con la rabia o la venganza, sino con el perdón y la misericordia.
Francisco usó
una metáfora moderna para indicar que el sacrificio por amor “revelado en la
cruz”, es imparable. “Es como un GPS espiritual que nos guía de manera
inexorable hacia la vida íntima de Dios y el corazón de nuestro prójimo”.
Ante los
cristianos que son una minoría en el país (-1%), el Papa les animó a ver la
Cruz y no perder el ánimo.
“¿No nos dijo él que nadie se puede
resistir a su sabiduría (cf. Lc 21,15)? Su mensaje
de perdón y misericordia se sirve de una lógica que no todos querrán
comprender y que encontrará obstáculos. Sin embargo, su amor revelado en la
cruz, en definitiva, nadie lo puede detener”, expresó.
El GPS es un
sistema de Posicionamiento Global, que permite determinar en toda el Planeta la
posición de un objeto (una persona, un vehículo) con una precisión de hasta
centímetros. Así es el “GPS espiritual” – según Francisco – que guía a los
cristianos a determinar con precisión el camino para estar con Dios y hacer el
bien.
Probablemente
sea el mismo GPS que ha traído a 150.000 fieles (según las cifras de las
autoridades locales) hasta la llanura del Kyaikksan Ground para asistir a la
Misa presidida por el Sucesor de Pedro, realizada en un área de 60 hectáreas en
el corazón de ciudad birmana de Yangon.
El Pontífice
tuvo palabras de agradecimiento para este ‘pequeño grey’ como lo llamó el
cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de la principal ciudad birmana, en sus
saludos al Papa.
“Muchos de
vosotros habéis venido de lejanas y remotas tierras montañosas, algunos incluso
a pie. Vengo como peregrino para
escuchar y aprender de vosotros, y para ofreceros algunas palabras de esperanza
y consuelo”, dijo Francisco ante una multitud alegre y colorada,
engalanada con sus vestidos típicos.
La primera
lectura ha sido tomada del libro de Daniel y “nos ayuda a ver lo limitada que
era la sabiduría del rey Baltasar y sus videntes”.
Ellos “no
poseían la sabiduría para alabar a Dios, en cuyas manos está nuestra vida y
nuestro aliento. Daniel, sin embargo, tenía la sabiduría del Señor y fue capaz
de interpretar sus grandes misterios”.
“Jesús no nos enseñó su sabiduría con largos
discursos o grandes demostraciones de poder político o terreno, sino entregando
su vida en la cruz”, agregó el Papa.
Advirtió que
a “veces podemos caer en la trampa de confiar en nuestra propia sabiduría, pero
la verdad es que podemos fácilmente desorientarnos”.
La Cruz sea nuestra
brújula
“En esos
momentos, debemos recordar que tenemos ante nosotros una brújula segura:
el Señor crucificado. En la cruz, encontramos la sabiduría que puede
guiar nuestras vidas con la luz que proviene de Dios”.
El Papa
también recordó la herida abierta en la sociedad de Myanmar que está haciendo
una transición hacia la democracia desde 2015, tras la caída del poder de la
junta militar que aún sigue teniendo influencia.
“Sé que muchos en Myanmar llevan las heridas de
la violencia, heridas visibles e invisibles”, destacó.
Asimismo,
aseguró que “existe la tentación de responder a estas heridas con una sabiduría
mundana […]. Pensamos que la curación pueda
venir de la ira y de la venganza. Sin embargo, el camino de la venganza no es el camino de Jesús”.
Señaló que el
“camino de Jesús es radicalmente diferente. Cuando el odioy
el rechazo lo
condujeron a la pasión y a la muerte, él respondió con perdón y compasión”.
No obstante,
las heridas dolorosas, el “Espíritu, Jesús nos hace capaces de ser signos de su sabiduría”, que vence a la
sabiduría de este mundo”.
El bálsamo de la
Misericordia
“Sé que la
Iglesia en Myanmar ya está haciendo mucho para llevar a otros el bálsamo
saludable de la misericordia de Dios, especialmente a los más necesitados”,
expresó.
En la homilía
del Papa estaba implícita la referencia al proceso de reconciliación nacional
que tiene lugar en todo el país. Precisamente,
ayer el Papa se reunía con Aung San Suu Kyi y pedía que “todas la etnias” y las
diversas religiones hagan parte del proceso.
Hoy fue la
ocasión para invitar a los fieles católicos para que sean medios del Evangelio
para ayudar a “otras minorías tribales, sin forzar ni coaccionar, sino siempre
invitando y acogiendo”.
Los católicos
son apenas 675 mil personas de una población total de 51 millones, en su
mayoría budistas y en este sentido, el Papa admitió: “En
medio de tanta pobreza y dificultades, muchos de vosotros ofrecéis ayuda
práctica y solidaridad a los pobres y a los que sufren”.
También quiso
destacar el servicio diario de la Iglesia que “en este país está ayudando a un
gran número de hombres, mujeres y niños, sin distinción de religión u origen étnico”.
La Virgen
compañera hasta la Cruz
El papa
Francisco sostuvo que Jesús “recompensará” la labor de aquellos que siembren “semillas
de curación y reconciliación en sus familias, comunidades y en toda la
sociedad”.
E indicó a la
“Santísima Virgen María” que siguió a su “Hijo hasta la oscura montaña del
Calvario y nos acompaña en cada paso de nuestro viaje terrenal”.
“Que ella nos obtenga la gracia de ser mensajeros
de la verdadera sabiduría, profundamente misericordiosos con los
necesitados, con la alegría que
proviene de encontrar descanso en
las heridas de Jesús, que nos amó hasta el final”.
Al final, el
Obispo de Roma bendijo la Iglesia en Myanmar. “Que él bendiga a esta tierra con
su paz”.
La jornada
del Papa continuará con otros dos compromisos públicos, el encuentro con el
Consejo Superior Supremo de “Sangha” de los monjes budistas y, sucesivamente,
el encuentro con los obispos del país en la sede de la arquidiócesis de Yangon.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia