¿Y lo de no comer carne? Un decreto papal prevé
"el uso de huevos, lacticinios y cualquier condimento a base de grasa de
animales" los días de abstinencia
A lo largo de la historia, el ayuno y la
abstinencia han tenido un rol fundamental en la vida del creyente. En el
Antiguo Testamento, Moisés y Elías ayunaron por 40 días y 40 noches, sin tomar
ninguna clase de alimento. En el Nuevo Testamento Cristo se retira y ayuna 40
días en el desierto dónde es tentado por el demonio Mt 4, 1-11.
La Cuaresma es el período de oración y penitencia en la Iglesia católica para prepararse para celebrar dignamente el misterio de la redención de Cristo.
Los primeros
cristianos comenzaron a ayunar por tres días a partir del Jueves Santo
recordando la siguiente cita del evangelio:
Entonces vinieron a él los discípulos de
Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus
discípulos no ayunan?
Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están
de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días
cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. (Mt 9, 14-15)
Con el pasar
de los siglos, apegados a la Tradición de la Iglesia, ermitaños, monjes, los Padres del
desierto eran devotos a practicar el ayuno y la abstinencia (no
comer carne) como mortificación del cuerpo en constante penitencia para expiar
los pecados.
En la Edad
Media, se comenzó a observar las Cuatro Témporas, tiempos
estacionales consagrados especialmente a la plegaria y a la penitencia:
- Témporas Primeras: miércoles, viernes y sábado de la segunda semana de Cuaresma.
- Témporas Segundas: miércoles, viernes y sábado de la primera semana después de Pentecostés.
- Témporas Terceras: miércoles, viernes y sábado siguientes al 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Santa Cruz. Si este día cae en miércoles, entonces las témporas serán el miércoles, viernes y sábado de la semana siguiente.
- Témporas Cuartas: miércoles, viernes y sábado siguientes al 13 de diciembre, día de Santa Lucía.
Sólo que abstenerse de la carne en estos
momentos en algunos países no era tanto un consejo moral, sino una obligación,
bajo pena de arresto.
Al final no
quedaba muy en claro cuándo hacer abstinencia y ayuno, por qué hacerlo, si era
una obligación o sólo una usanza. Es el papa Pablo VI con la Constitución
Apostólica Paenitemini en el 1966 quien logra expresar
de modo sistemático y preciso todo sobre la cuestión de la práctica penitencial
de la abstinencia y el ayuno.
Aclara que
es: una actitud interior de “conversión” es decir, de reprobación
y alejamiento del pecado y de acercamiento hacia Dios. Se priva del alimento y
se despoja de sus propios bienes (el ayuno va generalmente acompañado de la
oración y de la limosna) … un acto religioso personal, que tiene como término
el amor y el abandono en el Señor ayunar para Dios, no para sí mismo.
También
precisa que: la Iglesia… quiere indicar en la tríada tradicional
“oración—ayuno—caridad” las formas fundamentales para cumplir con el precepto
divino de la penitencia.
Por lo tanto para
hacer una buena penitencia, la abstinencia y el ayuno deben ir acompañados
siempre de la oración constante y de las obras de caridad.
En la misma
constitución Pablo VI establece y declara en diez puntos las leyes que regirán
al buen cristiano a una piadosa práctica de la penitencia, como por ejemplo:
La ley de la abstinencia prohíbe el uso de
carnes, pero no el uso de huevos, lacticinios y cualquier condimento a base de
grasa de animales.
La ley del ayuno obliga a hacer una sola
comida durante el día, pero no prohíbe tomar un poco de alimento por la mañana
y por la noche, ateniéndose, en lo que respecta a la calidad y cantidad, a las
costumbres locales aprobadas.
A la ley de la abstinencia están obligados
cuantos han cumplido los 14 años.
A la ley del ayuno, en cambio, están
obligados todos los fieles desde los 21 cumplidos hasta que cumplan los 59.
En cuanto respecta a los de edades
inferiores, los pastores de almas y los padres se deben aplicar con particular
cuidado a educarlos en el verdadero sentido de la penitencia.
Si quieres saber más sobre la penitencia te
invito a leer toda completa la Paenitemini
María Paola Daud
Fuente: Aleteia