Si
el fenómeno es un engaño "no estamos seguros de cómo se haría,
físicamente" dice el obispo de Las Cruces
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| Facebook Our Lady of Guadalupe Hobbs |
Una
historia de lágrimas –o de aceite de oliva—ha estado corriendo por todas las
publicaciones católicas de Estados Unidos. Sucedió con una escultura de bronce
de la Virgen de Guadalupe, en la parroquia que lleva su mismo nombre, en el
pueblo de Hobbs, Nuevo México.
La
parroquia, perteneciente a la diócesis de Las Cruces ha sido visitada ya por
muchos peregrinos, pues feligreses informaron, desde mayo pasado, que habían
visto que un líquido fluía de los ojos de la Virgen morena.
El
obispo Oscar Cantú dijo al periódico Las Cruces Sun-News que se había
enviado una muestra del fluido para su análisis científico que determinó que se
trata de aceite de oliva, “un aceite de oliva perfumado”.
“Algunos
de los testigos afirmaron que olía a rosas, por lo que puede ser algo similar
al aceite que bendigo y consagro cada año y que usamos para el bautismo, para
las confirmaciones y para la ordenación de los sacerdotes”, agregó el obispo
Cantú.
La
diócesis de Las Cruces –una de las diócesis con mayor porcentaje de habitantes
católicos de origen hispano en Estados Unidos– todavía se encuentra
investigando de dónde podría haber provenido el aceite.
“Examinamos
el interior de la estatua hueca. No hay nada en el interior que se suponga que
no debe estar allí, a excepción de las telarañas. Entonces tomamos fotos; lo
examinamos”, dijo el obispo de Las Cruces al rotativo.
Los “frutos” de las
lágrimas
Más
adelante, agregó que los oficiales se habían contactado con los fabricantes de
la estatua para ver si algún fluido o cera podría haber permanecido dentro de
la estatua después de haberla lanzado. “En ese proceso, nos aseguraron que no
habría posibilidad de que quedara humedad en el bronce”, subrayó el prelado.
El
obispo Cantú aseguró que, incluso, si el fenómeno es un engaño “no estamos
seguros de cómo se haría, físicamente”.
“Es
bronce endurecido. Hemos examinado el interior y no hay nada en el interior”,
agregó. Y más adelante dijo: “Si la Iglesia llega a la conclusión de que es un
milagro, debe decidir si es de Dios o de un espíritu maligno. Ellos decidirán
eso en base a los ‘frutos’ del fenómeno”.
“He
leído la mayoría de esos testimonios escritos, y son historias de tremenda fe,
personas que han estado lidiando con terribles sufrimientos en sus vidas y han
sentido un tremendo consuelo espiritual por el hecho de que María camina con
nosotros en nuestras lágrimas”, dijo el obispo Cantú.
“No
puedo evitar pensar en mi propio derramamiento de lágrimas por la gente pobre
que viene a nuestra frontera, huyendo de situaciones que amenazan la vida. Las
lágrimas de esos niños que están separados de sus padres. Hay muchas razones
por las que derramaríamos lágrimas, y Dios está con nosotros en esos momentos”.
A
los testimonios de conversión y de beneficio espiritual se suman los reportes
de los fieles presentes en el momento de las lacrimaciones y ahora los
hallazgos de los análisis químicos practicados al líquido obtenido de la
imagen.
Jaime
Septién
Fuente:
Aleteia






