27.11.19

RUEDA DE PRENSA DEL PAPA FRANCISCO EN EL VUELO DE REGRESO DE JAPÓN Y TAILANDIA (I)

Primera parte del texto de la rueda de prensa concedida por el Santo Padre

El Papa Francisco durante la rueda de prensa en el avió que lo llevó de Japón a Roma.
Crédito: Hannah Brockhaus (ACI)
En el vuelo de regreso a Roma, luego de su viaje apostólico a Tailandia y Japón, el Papa Francisco concedió una rueda de prensa en la que abordó la pena de muerte, el uso de las armas atómicas, así como el caso del Óbolo de San Pedro y las protestas en América Latina.

Papa Francisco: Ha sido un viaje intenso y también con un cambio de categoría porque una cosa era Tailandia y otra cosa fue el Japón y no se puede valorar las cosas con las mismas categorías. Las realidades se valoran según las categorías que vienen de las mismas realidades y son dos realidades totalmente distintas. Por esto se quiere el doble trabajo y gracias a ustedes por esto. Y también las jornadas muy intensas. Creo que el trabajo ha sido fuerte. Agradezco. Me he sentido cercano a ustedes en este trabajo. Gracias

Matteo Bruni: Entonces, apoyándonos, escuchando las preguntas, será una ocasión también para contar con más profundidad estos días.

P. Yamamoto, Makato (Catholic Shimbun - Japón): Buenas noches Santo Padre. Le agradecemos de corazón haber venido al Japón desde tan lejos. Soy sacerdote diocesano de Fukuoka, un lugar muy cercano a Nagasaki e Hiroshima. Santo Padre, ¿cómo se ha sentido cuando estaba en Nagasaki e Hiroshima? Quisiera preguntar una cosa: ¿La sociedad y la Iglesia occidental tienen algo que aprender de la sociedad y la Iglesia oriental?

Papa Francisco: Comienzo por la última. Es una cosa que me ha iluminado mucho, un dicho: lux ex oriente, ex occidente luxus. La luz viene de oriente; y el lujo y el consumismo, vienen de occidente. Es esta sabiduría oriental que no es solo sabiduría de conocimiento, sino sabiduría de los tiempos, sabiduría de contemplación, que a la sociedad occidental demasiado a prisa siempre, la ayuda mucho: aprender un poco de contemplación, de detenerse, de mirar también poéticamente las cosas.

Sabe, pensando en esto –y esta es una opinión personal– pero creo que a occidente le falta un poco más de poesía. Hay cosas poéticas bellísimas, pero el oriente va más allá, el oriente es capaz de mirar las cosas con ojos que van más allá. No quisiera usar la palabra trascendente porque algunas religiones orientales no tienen mucha trascendencia, pero tienen una visión más allá del límite de la inmanencia, sin decir trascendencia. Más allá. Por eso uso poesía, que es gratuidad, es buscar también la propia perfección en el ayuno, en las penitencias y también en la lectura de la sabiduría de los sabios orientales. Creo que a nosotros los occidentales detenernos un poco es dar tiempo a la sabiduría y nos hará bien. Esta cultura de la prisa o la cultura del detenerse un poco, detente. No sé si sirve esto para iluminar la diferencia, pero es eso lo que necesitaríamos.

La primera: Nagasaki e Hiroshima, ambas han sufrido la bomba atómica y esto las asemeja, pero hay una diferencia. En Nagasaki no solo la bomba atómica sino también los cristianos. Nagasaki tiene raíces cristianas, un cristianismo antiguo, la persecución de los cristianos era en todo el Japón pero en Nagasaki fue muy fuerte.

El secretario de la Nunciatura me ha regalado un facsímil en madera donde está el “wanted” (se busca) de la época: ‘se buscan cristianos y si encuentras uno, denúncialo y tendrás mucho. Si encuentras un sacerdote, denúncialo y tendrás mucho’. Una cosa al ir al museo que lo toca a uno es esto: fueron siglos de persecución. Este es un fenómeno cristiano que relativiza, en el buen sentido de la palabra, la bomba atómica, porque son dos cosas: si uno va solo a Nagasaki dice ‘si uno es cristiano, la bomba atómica’ y se queda allí. Si va a Hiroshima es solo la bomba atómica, porque no hay una ciudad cristiana como Nagasaki. Por esto he querido ir a las dos. En ambas está el desastre atómico.

Hiroshima fue una verdadera catequesis humana sobre la crueldad: la crueldad. Y no he podido ver el museo de Hiroshima, no hubo tiempo, porque fue un mal día ese, pero dicen que es terrible, terrible. Y también las cartas de los jefes de estado, de los generales, que explicaban cómo se pudo hacer un desastre tan grande. Para mí fue una experiencia más tocante que la de Nagasaki. Nagasaki, la del martirio. He visto el museo del martirio, pero la de Hiroshima muy tocante. Allí he recordado que el uso de las armas nucleares es inmoral. Esto debe ir al Catecismo de la Iglesia Católica. Y no solo el uso sino la posesión porque un incidente de la posesión o la locura de cualquier gobernante (Nos mandan a descansar pero termino). La locura de uno puede destruir a la humanidad. Pensemos en aquel dicho de Einstein: la cuarta guerra mundial se hará con bastones y con piedras. ¿Está dada la respuesta?

Kawarada, Shinichi (The Asahi Shimbun): Quisiera hacer una pregunta sobre las armas nucleares. Usted ha indicado justamente que una paz duradera no es realizable sin desarme. El Japón es un país que goza de la protección militar de los Estados Unidos y también es un productor de energía nuclear, algo que comporta un grave riesgo para el ambiente y para la humanidad, como quedó trágicamente demostrado por el incidente de Fukushima. ¿Cómo puede contribuir el Japón a la realización de la paz mundial? ¿Se deberían cerrar las centrales nucleares? Gracias.

Papa Francisco: Vuelvo sobre la posesión, de las industrias nucleares, ¿no? Siempre puede darse un incidente y ustedes lo han experimentado también con el ‘triple desastre’, que ha destruido mucho. Lo nuclear es el límite. Las armas las dejamos porque es destrucción, pero el uso está muy al límite porque todavía no hemos podido lograr llegar a la seguridad total.

Tú puedes decirme: sí, también con la electricidad se puede hacer un desastre por una inseguridad, pero es un pequeño desastre. Un desastre nuclear de una central nuclear será un desastre grande. Y todavía no ha sido elaborada la seguridad. Yo, pero esta es una opinión personal, no usaría la energía nuclear hasta que no exista una total seguridad para su uso, pero no soy experto en esto y digo una idea: algunos dicen que está más allá la custodia de lo creado y destruirá, que la energía nuclear debe detenerse. Está en discusión.

Yo me detengo en la seguridad: no hay seguridad para garantizar que no haya un desastre. Sí, uno en el mundo en diez años, pero también luego sobre lo creado, el desastre de la potencia nuclear sobre lo creado y también sobre la persona. También hubo el desastre nuclear en Ucrania, de muchos años.

Distingo de la guerra, de las armas, pero aquí digo que debemos hacer investigaciones sobre la seguridad, ya sea el desastre, ya sea sobre el ambiente y sobre el ambiente creo que hemos ido más allá del límite. En la agricultura los pesticidas, en la crianza de pollos. Los médicos dicen a las madres que no les den de comer a los niños pollos de crianza porque son engordados con hormonas y eso les hará daño a la salud. Muchas enfermedades raras que hay hoy por el uso no bueno para el ambiente, son enfermedades raras. La custodia del ambiente es una cosa que… o hoy o nunca. Volviendo a la energía nuclear en conclusión: seguridad y custodia del ambiente.

Elisabetta Zunica (47 Kyodo News - Japón): Buenos días Santo Padre. Hakamada Awao es un hombre japonés condenado a muerte y ahora está a la espera de la revisión de su proceso. Estuvo presente en la Misa en el Tokyo Dome pero no tuvo modo de hablar con usted. ¿Nos podría confirmar si estaba en el programa o no un breve encuentro con usted?, porque el tema de la pena de muerte en Japón es muy discutido. Hace más de un mes antes de la modificación sobre este tema se exigió la condena de 13 detenidos. Sobre este tema no hay una referencia en sus discursos de esta visita: ¿No se ha querido pronunciar en esta ocasión o ha podido conversar con el primer ministro?

Papa Francisco: Sobre ese caso de la pena de muerte no sabía de esa persona. Sobre el primer ministro: he hablado en general de muchos problemas, de condenas, de procesos eternos que no terminan nunca, sea con la muerte o sin muerte, pero he hablado del problema general, que también se da en otros países: las cárceles sobrepobladas de gente que espera con una prisión preventiva sin la presunción de inocencia, espera allí y espera.

Hace quince días intervine en un congreso internacional de derecho penal y he hablado seriamente del tema de las cárceles, de la precaución y luego la pena de muerte, que claramente se ha dicho que no es moral y no se puede dar. Creo que esto va unido a una conciencia que se desarrollada cada vez más. Por ejemplo, algunos países no osan la abolición por problemas políticos pero hacen la suspensión. Es un modo de declarar, sin declarar la cadena perpetua, por ejemplo.

Pero el problema de la condena siempre debe ser para la reinserción. Una condena sin ventanas de horizonte no es humana. También el condenado a cadena perpetua debe pensar cómo puede reinsertarse, dentro o fuera, pero siempre el horizonte, la reinserción. Usted me dirá: pero hay condenados locos, que tienen un problema de enfermedad, de locura, incorregibles genéticamente, digamos así, pero busquemos el modo que al menos produzca, que les de espacio, que los haga sentirse personas.

Hoy en muchas partes del mundo las cárceles están sobrepobladas. Son un depósito de carne humana que en vez de crecer con salud muchas veces se corrompe de eso. Debemos luchar contra la pena de muerte lentamente, lentamente. Hay casos que me dan alegría porque hay estados o países que dicen nos detenemos. He hablado con el gobernador de un estado el año pasado y él antes de dejar su puesto la puso en suspensión, casi definitiva. Son pasos de consciencia humana. En vez de eso otros países no han logrado todavía incorporarlo en la línea de la humanidad. No sé sí… gracias.

Guenois, Jean-Marie (Le Figaro - Francia): Usted dijo que la verdadera paz solo puede ser una paz desarmada, pero ¿qué sucede con la legítima defensa cuando un país es atacado por otro? En ese caso, ¿existe la posibilidad de una guerra justa? Se ha hablado de una encíclica sobre la no violencia, ¿está todavía en proyecto esa encíclica?

Papa Francisco: Sí, el proyecto está, pero la hará el próximo Papa porque apenas tengo tiempo. Hay proyectos que está en el cajón, ese sobre la paz, por ejemplo. Está ahí, madurando, pero cuando llegue el momento lo haré.

No obstante, hablo bastante. Por ejemplo, el problema del bullismo con los chicos de la escuela: ¡Es un problema de violencia! Precisamente hablé a los jóvenes japoneses sobre este asunto. Es un problema que estamos tratando de ayudar a resolver con diversos programas educativos. Es un problema de violencia, y los problemas de violencia se deben afrontar.

Sin embargo, una encíclica sobre la violencia todavía no siento que está madura, ciertamente debo rezar mucho y buscar el camino.

Sobre la paz y las armas está ese dicho romano: ‘Si vis pacem para bellum’. Y ahí todavía no estamos maduros. Las organizaciones internacionales no se arriesgan, las Naciones Unidas no se arriesgan. Hacen muchas cosas, muchas mediaciones valiosas. Países como Noruega, por ejemplo, siempre dispuesto a mediar y a encontrar una salida para evitar la guerra. Eso se está haciendo y a mí me agrada, pero es poco. Todavía se debe hacer más. Piense, sin ofender, en el Consejo de Seguridad: hay un problema con las armas, están todos de acuerdo para resolver ese problema para evitar un incidente bélico, todos votan que sí, uno con derecho a veto dice ‘no’ y todo se para.

He escuchado (no sé juzgar) que quizás las Naciones Unidas deberían dar un paso adelante renunciando en el Consejo de Seguridad al derecho a veto de algunas naciones. No soy un técnico en esto, pero lo he escuchado como una posibilidad. No sé qué decir, pero estaría bien que todos tuviesen el mismo derecho.

Pero en el equilibrio mundial hay asuntos que en este momento no se pueden juzgar. No obstante, todo lo que se haga para detener la producción de armas y detener las guerras y avanzar hacia la negociación, también con la ayuda de facilitadores e intermediadores, se debe hacer siempre, siempre. Y ofrecer resultados.

Algunos dicen poco, pero comencemos con poco y luego avancemos. El resultado de la negociación es resolver problemas. Por ejemplo, el caso de Ucrania y Rusia, no se habla de armas, pero ha habido una negociación para el intercambio de prisioneros. Eso es positivo: siempre es un paso para la paz.

Ahora hay un intercambio para pensar la planificación de un régimen de gobierno en Donbass y están discutiendo. Hace poco ha sucedido una cosa bella y fea. La fea es, debo decirlo, la hipocresía armamentística: países cristianos, o al menos de cultura cristiana, países europeos que hablan de paz y viven de las armas. Eso se llama hipocresía.

Es una parábola evangélica, Jesús la decía muchas veces en el capítulo 23 de Mateo. Acabar con esa hipocresía implica que una nación tenga la valentía de decir: ‘Yo no puedo hablar de paz porque mi economía gana mucho con la fabricación de armas’. Son cosas que, sin insultar ni ensuciar a esos países, sino hablando como hermanos.

La fraternidad humana. Detengámonos porque la cosa es fea. En un puerto, ahora no recuerdo bien, llegó un barco lleno de armas que debía traspasar las armas a un barco mayor con destino a Yemen (todos sabemos lo que sucede en Yemen. Los trabajadores del puerto dijeron ‘no’. Fueron valientes aquellos trabajadores. El barco regresó a su casa. Es un caso, pero nos muestra cómo se debe actuar en esto. Y la paz hoy es muy débil, muy débil. Pero no nos desanimemos.

Guenois, Jean-Marie: ¿Y la legítima defensa con las armas?

Papa Francisco: La hipótesis de la legítima defensa siempre permanece. También es una hipótesis que se contempla en la teología moral, pero como último recurso, último recurso con las armas. La legítima defensa con la diplomacia, con la mediación… Último recurso: legítima defensa, pero subrayando lo de último recurso. Estamos avanzando en un progreso ético y me gusta poner en cuestión todas estas cosas. Quiere decir que la humanidad avanza en el bien, no sólo en el mal.

Fuente: ACI Prensa

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