La Cuaresma, que este año inicia el 2 marzo, es un tiempo litúrgico de conversión en la que todo cristiano se prepara espiritualmente para vivir la Semana Santa
Imagen referencial. Crédito: Pixabay |
Durante este tiempo especial de purificación, los católicos nos
arrepentimos de nuestros pecados y nos comprometemos a cambiar algo de nosotros
para vivir cada vez más cerca de Cristo.
Shaun McAfee, laico dominico con una Maestría en Teología
Dogmática, y autor de diversos libros que ayudan a la formación espiritual de
los católicos, ofreció en el National Catholic Register seis
consejos prácticos para ayudarte a vivir bien esta Cuaresma.
1. Encuentra
algo para renunciar
La Cuaresma es nuestro tiempo especial de penitencia. Se trata de
sacrificio, dirigir nuestra atención y devoción a honrar a Cristo, que
voluntariamente se sacrificó por nuestro bien.
Una buena regla de medida es renunciar a algo de lo que dependes,
como puede ser un antojo, un acto habitual o alguna cosa que te facilita hacer
algo. Solo recuerda que no se trata de renunciar a algo que ya es pecaminoso,
pues el pecado es algo a lo que debes renunciar para siempre.
Algunos ejemplos pueden ser renunciar a usar tu almohada; desactivar la opción
que te permite repetir la alarma de tu celular, de modo que te obligue a
levantarte al primer timbrado en lugar de seguir durmiendo; dejar de consumir
cualquier tipo de alcohol o chocolate; o renunciar a los baños de burbujas.
Toma nota de estas cosas en tu vida y elige una o varias cosas a
las que renunciar en esta Cuaresma. Si no se te ocurre nada, responde este cuestionario
en inglés.
2. Realiza
una acción concreta o devoción
Además de los pequeños actos de renuncia, no como sustitución,
muchos católicos también eligen comprometerse y realizar un acto o devoción
específicos.
Por ejemplo, dar limosna, ser voluntario, dedicar tiempo a la
Adoración Eucarística, practicar la devoción al Rosario o rezar la coronilla de
la Divina Misericordia son prácticas comunes y alentadoras muy recomendables.
En conclusión, sea devoto y abierto a realizar una obra de misericordia
corporal o espiritual durante la Cuaresma.
3. Realiza
una peregrinación si es posible
Existen numerosos lugares católicos de peregrinación en los cinco
continentes, sin embargo, debido a las restricciones de viaje que hay en varios
países por la pandemia, es recomendable buscar destinos de peregrinación en la
localidad donde se reside.
Es importante recordar que debido a la pandemia del COVID-19,
muchas peregrinaciones se han suspendido y algunos países aún se encuentran
bajo medidas de aislamiento social, y por tanto, los fieles no pueden visitar
los templos o no pueden realizar ciertas actividades turísticas. Por esto, es
importante tomar este consejo con la debida prudencia y de acuerdo al contexto.
4. Planifica
con anticipación
Planifique todas las actividades que se realizará durante este
tiempo con antelación, de modo que pueda participar de las Misas de precepto o
realizar el ayuno y abstinencia necesarios
durante Semana Santa.
Por ejemplo, no programe esa noche de hamburguesas y cerveza en su casa en
Viernes de Cuaresma. Recuerde que este día está obligado a abstenerse de
consumir carnes, así que piénselo dos veces antes de organizar una cena en un
restaurante especializado en carnes y parrillas o confirmar su asistencia a
alguna reunión similar.
5. Realice
el Vía Crucis
El Vía Crucis sigue siendo un ritual importante para reflexionar
sobre la Pasión y el sacrificio en la Cruz de Nuestro Señor, especialmente
durante la Cuaresma. Esta actividad también requiere planificarse con
anticipación, pero también es importante manejar sus expectativas.
Quizás el día que planificó el Vía Crucis quiera ver el partido de
fútbol que comienza a las 6 p.m. o quizás justo se estrena el capítulo de su
serie favorita; sin embargo, va a tener que hacer sacrificios para dedicar
tiempo a rezar. Si planifica realizar el Vía Crucis todos los viernes de
Cuaresma, dígaselo a su familia para ayudarlos a aclarar sus horarios también.
6. Céntrese
en lo importante
En Semana Santa suelen aumentar las ofertas para comer pescado en
muchas localidades. Si bien la comida siempre es una gran oportunidad para el
compañerismo, e incluso, la idea de acudir a estos restaurantes podría ayudar a
los pequeños comerciantes locales o a iniciativas de recaudación de fondos para
alguna causa solidaria, es importante ser prudente.
Recuerde que la Cuaresma es una temporada de penitencia y comer
pescado es una conmemoración del contexto de sacrificio de este tiempo
litúrgico. No se atiborre con un festín como un glotón. Sea solemne, sea
sacrificado y sea penitencial. Tenga por seguro que vivirá y será más feliz
este tiempo si está sincronizado con lo que nuestra Iglesia nos invita a vivir.
Solo en caso sea posible, es muy recomendable ir a Misa diaria,
rezar el Rosario diario con sus hijos, venerar reliquias e iconografía católica
presente en su localidad, ver menos televisión, estar menos tiempo en las redes
sociales o frente a la pantalla de su celular, y pasar más tiempo en familia y
oración diaria con su cónyuge.
Fuente: ACI Prensa