¿Realmente produce efectos en las personas por las que se ofrecen las intenciones de las misas?
Desde pequeño he
visto como muchos en mi familia han ofrecido misas por diversos motivos, en su
mayoría, aniversarios o por aquellos familiares que se nos han adelantado. Pero ¿qué valor tiene hacer este acto?
¿Realmente produce efectos en las personas por las que se ofrecen las
intenciones de las misas?
Ofrecer la misa por algún motivo o
persona es una tradición muy antigua, en especial cuando se hacía por los
difuntos. Desde solicitar alguna gracia en particular, el éxito de una operación
o simplemente como acción de gracias por un sinfín de razones.
Hay que destacar que cada Misa se
ofrece en acción de gracias a Dios por todo lo que ha hecho. Así lo explica
el Catecismo de la Iglesia Católica: “La Eucaristía es un sacrificio de acción de gracias al Padre, una
bendición por la cual la Iglesia expresa su reconocimiento a Dios por todos sus
beneficios, por todo lo que ha realizado mediante la creación, la redención y
la santificación. “Eucaristía” significa, ante todo, acción de gracias”
(CEC 1360).