"Es
una embajadora de lujo, encarna unos buenos valores y es un
referente para los jóvenes", señaló Saavedra, quien valoró que Marín
pregone "sin complejos el ser rociera"
Es "la
reina del bádminton". O la emperatriz: Carolina Marín, de Huelva, es doble campeona de Europa y del mundo en este deporte, y ahora es Medalla
de Oro olímpica, tras los Juegos de Río. Es la número uno universal.
El pasado 28 de agosto recibieron en Huelva a Carolina Marín una multitud de
entusiastas paisanos. Y le cantaron la Salve Rociera, porque la gente
sabe que es devota de la Virgen del Rocío.
"Es para
estar superorgullosa de que toda Huelva haya venido aquí a recibirme. La verdad
es que me he emocionado, ha sido la sorpresa más grande que he podido
recibir. Que toda Huelva me haya cantado la Salve Rociera es algo que
me ha tocado la fibra y me he puesto a llorar", aseguró la
deportista.
La medallita de la Virgen
Ella dice que
junto a su preparación física y mental, influye en sus éxitos su fe rociera."Siempre
he llevado y seguiré llevando conmigo a la Virgen del Rocío", asegura.
Se refiere a su medallita de la Virgen. La mencionaba a menudo durante las competiciones:
cuando le hablaban de si conseguiría medalla, respondía que la única que tenía
era la de la Virgen.