“La ingratitud alimenta la avidez, y crece en ellos un sentimiento progresivo de rebelión que los lleva a ver la realidad de manera distorsionada, a sentirse acreedores en vez de deudores del propietario que les había dado trabajo”
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Papa Francisco en el rezo del Ángelus. Foto: Vatican Media | |
En el Ángelus de este domingo 8
de octubre, el Papa Francisco invitó a los fieles a preguntarse si realmente
saben que han recibido la vida “sin méritos” y afirmó que cuando el hombre “se
cree que se hace a sí mismo y se olvida de la gratitud, olvida la realidad
fundamental de la vida: que el bien viene de la gracia de Dios, de su don
gratuito”.
Ante los fieles que le escuchaban
desde la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre comentó el Evangelio
del día, la parábola de la viña que es “dramática y tiene un final
triste” (cfr. Mt 21,33-43).
El Pontífice remarcó que los
viñadores, en lugar de recoger la cosecha y agradecer al dueño por su trato
justo y por todo lo que han recibido, “insinúan pensamientos ingratos y
ávidos”.