Santa Teresa a menudo reflexionaba sobre la frase "El mundo es tu barco, no tu hogar" para sobrellevar la soledad de la vida
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| MYCHELE DANIAU | AFP |
La vida de Santa Teresa de Liseiux no siempre fue fácil, y aunque
a menudo estaba rodeada de amigos y familiares amorosos, a menudo se sentía
sola y luchaba contra la depresión.
Estos sentimientos de soledad se produjeron en su infancia, así
como durante su tiempo en el monasterio.
Ella explica en su autobiografía Historia de un alma que
de niña era tímida y no tenía muchos amigos. Sentía que Jesús era su único
amigo.
Tenía que ir dos veces por semana al convento, y
debo confesar que me costaba, era muy tímida. No se trataba del cariño que
sentía por mis queridas, sino que, como dije antes, no tenía entre ellas
ninguna amiga especial, con quien hubiera podido pasar muchas horas como otras
antiguas alumnas. Así que trabajaba en silencio hasta el final de la lección, y
luego, como nadie me hacía caso, iba a la tribuna en la Capilla hasta que papá
venía a buscarme para llevarme a casa. Aquí, durante esta visita silenciosa, me
encontraba con mi único consuelo, porque ¿no era Jesús mi único Amigo?












