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17.12.22

¿QUÉ ES Y PARA QUÉ SIRVE LA DIRECCIÓN ESPIRITUAL?

Sinceridad, humildad y docilidad son virtudes para ejercitar en la dirección espiritual. Una interesante guía de la comunicadora Luisa Restrepo

Fizkes - Shutterstock

Las personas somos como espejos unos de otros, los demás nos van descubriendo las honduras internas de nuestro ser.  El otro me despierta a mí y a su vez quien escuche se escucha, quien mire se va mirar. 

A lo largo de nuestra historia a Dios le gusta usar mediaciones. Dios se nos acerca a través de mediaciones.

Podemos decir que para un cristiano —que no se conforme simplemente con no obrar mal, sino que, convertido al amor quiera ser santo—, es fundamental buscar la voluntad de Dios, descubrir cuál es el proyecto de salvación que Dios tiene para él. 

Uno de los medios privilegiados para encontrar ese plan de Dios es el acompañamiento espiritual.

19.10.21

DESCUBRE TUS INTENCIONES SECRETAS Y EXPRÉSASELAS A DIOS

Un exigente ejercicio espiritual que no todos se atreven a hacer

alphaspirit.it| Shutterstock

Con Dios quiero ser directo y sincero. Decirle las cosas tal como las siento.

Cuando esté enfadado gritárselo a la cara. Cuando tenga miedo decirle que sin Él nada puedo y que me hace falta para poder caminar.

Cuando me duela la ausencia de los que amo, decirle que es injusto, que los necesito, que no me los quite, que me los devuelva.

Cuando me hiera la soledad abrazarme a su rostro suplicándole su compañía, su amor, su mirada.

Así quiero ser con Él y no guardarme nada. Y es que yo prefiero a las personas directas que me dicen a la cara lo que sienten, lo que les falta, lo que necesitan.

29.9.21

DESNUDA TU ALMA ANTE DIOS CON ESTA ORACIÓN

"No soy esa persona perfecta que mostré"... ¿Te has sincerado a fondo alguna vez ante Dios? Prueba quitarte todas las máscaras y decirle quién eres con las palabras de un hombre valiente que lo hizo y lo comparte

Rehan Qureshi | Shutterstock

A veces no quiero mostrarte cómo soy. No estoy dispuesto a desnudar mi alma. Me parece injusto desvelar mis debilidades, mostrarme vulnerable ante tus ojos y ver cómo tu mirada cambia, y cae la imagen que tenías de mí.

Tal vez por eso me escondo. Me he inventado disfraces tras los cuales la vida se ve desde la trinchera. Oculto detrás de una máscara, escondido a los ojos del mundo.

Con ese aspecto me parece que soy mejor, más bello, más alto, más poderoso. Me he puesto maquillaje para disimular las arrugas y cubrir mis carencias.

Con pintura logro que desaparezca la tristeza y no se vea la angustia. Detrás de algún biombo parezco más delgado, más profundo, más inteligente, más audaz.

Desde la barrera me veo más atractivo, más valiente, más aventurero. Es curioso lo que consigue un buen disfraz.

16.7.21

POR QUÉ EXIGIMOS DEMASIADO

La respuesta está escondida en nuestro corazón y el problema se soluciona viviendo la gratuidad del amor

Sergey Nivens | Shutterstock
Me gusta la sinceridad. Decir lo que siento, lo que pienso y no guardarme las cosas por miedo a equivocarme y herir. Aunque hiera con palabras y ofenda con silencios.

Un ejemplo de sinceridad en el Evangelio, cuando Pedro le dice a Jesús todo lo que piensa:

«En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús: -Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos va a tocar?».

La sinceridad es el arma de los honestos. Decir lo que pienso sin miedo al rechazo. Expresar mis opiniones y sentimientos.

¿Y si estoy equivocado en mi juicio? Puede ser falsa la interpretación que hago de lo que siento. Pero lo que siento es verdadero porque soy yo el que lo siente en el alma, muy dentro.

Decir lo que estoy pasando por dentro es verdadero. Aunque el que ha provocado en mí el sentimiento no tenga la intención de hacerme daño.

Por eso no descalifico nunca lo que mi hermano siente. Si se siente ofendido, abusado, herido, eso es verdadero. Tal vez no quise ofender, ni herir, pero es verdadero el sentimiento.

28.2.21

¿SOY CONSCIENTE DEL DAÑO QUE HAGO AL HABLAR MAL DE OTROS?

Hay dos "pecados de guante blanco", así los llama el Papa Francisco: la calumnia y la maledicencia. ¡Y es tan fácil caer en ellos!

Kzenon | Shutterstock
«Pueblo pequeño, infierno grande», dice el refrán.

Cada vez estoy más asombrada por lo certera que ha sido, es y será la sabiduría popular. El otro día, un sacerdote contó el siguiente chiste: ”Una feligresa escuchaba una plática que animaba a soñar con el ideal de subir al Cielo de cabeza, sin pasar por el purgatorio. Pero ella confesó que le gustaría pasar, por lo menos, una hora en el purgatorio. El sacerdote, sorprendido, le preguntó por qué, a lo que ella respondió: ¡Para mirar quién está por allí!”. No me quedó ninguna duda de que esa mujer pertenecía a mi mismo ayuntamiento.

Daños en el día a día

En estas líneas, quería reflexionar despacito sobre los grandes pecados cotidianos de los que ninguno nos libramos. Se trata de los pecados de guante blanco, que son las dos variantes de la difamación: la calumnia y la maledicencia. Con la primera no hay ningún género de duda: la calumnia es algo negativo, considerado ilegal por todos. Pero, cuando llegamos a la maledicencia, nos encontramos que estamos bordeando la ley.

20.12.20

LA HIPOCRESÍA INTOLERABLE

Meditación sobre la verdad y la hipocresía

Al leer el Evangelio nos encontramos con un Jesús todo bondad, que acoge a todos los pecadores, y que, sin embargo no tolera a unos hombres con los cuales está en lucha frontal.

Son los fariseos y los escribas, a los que llama con una palabra que, desde Jesús, se ha convertido en uno de los vocablos más odiosos del diccionario, como es la palabra ¡Hipócrita!...

Llamar a uno ¡hipócrita! ha venido a ser un baldón y la mayor vergüenza.

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