Mostrando entradas con la etiqueta Perfeccionismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Perfeccionismo. Mostrar todas las entradas

2.3.22

MEJORAR, CONVERTIRSE, PURIFICARSE,… ¿CÓMO OCURRE?

Desde la fragilidad, Dios construye la santidad, y las personas se levantan de sus cenizas y vuelan

La luz de los santos es la de Dios/Manon_Labe | Shutterstock

Me gusta pensar que la santidad tiene que ver con transparentar a Dios más que con hacerlo todo a la perfección.

Pero sigo pensando que el santo es el que lo hace todo bien. Brilla por méritos propios. Sus virtudes son vividas en grado máximo.

Es prudente, servicial, misericordioso, generoso, fiel, bondadoso, acertado en todas sus decisiones, no falla nunca, no yerra, no se aleja del camino marcado.

Esa santidad es lo que yo admiro en otros. O quizás es la que quiero imaginar. Desde lejos todo parece mejor que cuando me acerco. Una santidad envidiable, inalcanzable.

Tal vez no acabo de entender que la santidad no es un bien que el hombre posee por obra de sus grandes talentos. Es más bien un don, una gracia, un milagro.

13.11.21

CÓMO TRATAR 4 HERIDAS QUE TODOS TENEMOS QUE SUFRIR

Es mejor vivir heridos que parecer perfectos, y saber lidiar con las limitaciones que conllevan la vida, el amor, la muerte y la fe

miniwide | Shutterstock

Hay cuatro cosas que son difíciles de remediar, difíciles de sanar, incluso una de ellas no se puede evitar: la vida, el amor, la muerte y la fe. Por ello muchos les han puesto el apelativo de heridas.

Vida que nos zarandea, amor que nos descoloca, muerte que nos aturde y fe que nos despierta la incertidumbre.

Hoy queremos profundizar en cada una de ellas y comprender, un poco más, por qué son heridas que necesitamos sufrir:

1. LA VIDA

La vida es bonita, pero tremendamente imperfecta, y esto es porque todo en ella es frágil.

El error, el fallo, es parte inevitable de la condición humana. Hagamos lo que hagamos habrá siempre un coeficiente de error en nuestras obras. No se puede ser sublime a todas horas.

3.12.20

NI SANTOS NI PECADORES SIN REMEDIO: ESCALA DE GRISES

Reconocer el claroscuro de la vida espiritual llena la vida de paz

Daniel Tadevosyan - Shutterstock
No busco héroes sin mancha. No pretendo hacerlo todo bien. La vida espiritual está llena de claroscuros, de una escala de grises propia del ser humano que avanza en el mundo.

Los protagonistas de las nuevas series de hoy no soy esencialmente buenos. No se presentan ante mí como la encarnación de una perfección inalcanzable.

De la misma forma sus opuestos, los que podrían ser en otra época la viva encarnación del mal, tampoco son malos en esencia.

Ambos tienen el bien y el mal confundidos en sus entrañas. Algo así como un poco de bondad y mucha debilidad.

13.11.20

LA VIDA DE "SINGLE" O TRAS UNA SEPARACIÓN... ¿ES INCOMPLETA?

Es mi corazón el único que juzga si mi vida es o no completa

Shutterstock
Para Jesús no hay vidas incompletas. Todas están completas y están llamadas a ser plenas. Pero yo a menudo me he preguntado si hay unas vidas más completas que otras. 

¿Qué es lo que determina que una vida sea completa y que otra no lo sea? 

Una persona soltera decía el otro día con mucha fuerza y pasión: «No existen vidas incompletas». Lo decía feliz, con paz en el alma. Me impresionó. 

A veces uno cataloga las vidas de los hombres. Aquel que se ha casado y tiene una familia estable en el tiempo. Con hijos, nietos y fidelidad. Aquel que ha seguido el llamado de Dios a un camino concreto. 

4.11.20

NI PERFECTO NI TOTALMENTE DESASTROSO, ESO ES UN SER HUMANO

A veces se corre el riesgo de querer simplificarlo todo: está mal, está bien y ya está

Benigno Hoyuela/Unsplash | CC0
Hay personas que me miran, ven cómo vivo e interpretan mis actos. Veo cómo me juzgan, me aplauden o me condenanLes gusta o no les gusta lo que digo, lo que hago. Me adulan o me insultan. Me elevan o me derriban.

Tienen siempre claro cómo debería ir vestido, lo que debería decir en cada momento, o lo que debería hacer en cada situación.

Saben si estoy haciendo lo correcto o estoy cometiendo un error. No sé cómo lo hacen pero lo tienen siempre claro. Analizan la realidad como un cirujano el cuerpo de su paciente, sabiendo dónde tiene que hacer la incisión.

Ante ellos me veo desnudo, mi alma abierta, sin defensas. Reconozco que yo no miro la realidad así, ni a las personas.

1.2.20

¿HACERLO TODO BIEN? ¡IMPOSIBLE! SENCILLAMENTE HAZ EL BIEN

Cuántos miedos… Jesús no pretende que no te equivoques nunca, borra de tu alma esos imperativos de perfección que alguien grabó en tus entrañas

Shutterstock | Syda Productions
Miro mis dolencias, miro la enfermedad de mi alma que no me permite vivir en libertad, sin miedo. Jesús viene a liberarme.

Jesús pasó haciendo el bien, dando paz a los atormentados. Yo vivo pensando que tengo que hacerlo todo bien. No hacer el bien, sino todo bien. Y eso es imposible.

Una y otra vez lo intento y mi deseo de hacer el bien fracasa. Me equivoco, o mis pasos no logran el bien que busco.

Tengo miedo. Un miedo profundo a equivocarme, a fallar, a desilusionar. Un miedo que se atraganta en mis entrañas. Un miedo de niño abandonado que no escucha los pasos de su padre volviendo a casa para abrazarlo.

Un miedo de hombre solitario que ha sentido el rechazo en su vulnerabilidad. El miedo a perder la alegría de forma permanente.

25.9.19

¿SÓLO VES DEFECTOS? ESTA CERTEZA TE ANIMARÁ

Lo que de verdad importa es lo que logra Dios hacer desde la pequeñez

Brooke Cagle/Unsplash | CC0
Dios me levanta cuando he caído. Me sostiene en sus brazos en medio de mi debilidad. Se abaja para que pueda subir de nuevo. La Biblia lo describe así:

“Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo”.

Estar desvalido es parte de mi condición humana. Todo me supera. La vida, las peticiones. Las exigencias de todos los que me rodean. Me siento impotente y no logro avanzar en medio de mis limitaciones y deficiencias.

Quisiera tener un corazón más fuerte, más libre, más audaz. Un corazón capaz de vencer el desánimo y actuar siguiendo los pasos de Jesús allí donde Él vaya. Mis pasos en sus pasos. 

Me gustaría hacer siempre lo correcto y no cometer errores. Actuar de acuerdo con lo que Dios me pide y no buscar siempre satisfacer mis deseos. Hacer el bien a los que están en mi camino. 

17.12.18

FALLO, DECEPCIONO, CONFUNDO: YO NO SOY DIOS

Como Juan Bautista, que era sólo la voz, no la Palabra

Shutterstock
Juan trae la alegría, la buena noticia. Muchos creen que él es el Mesías. Pero no es así. Él sólo lo anuncia, lo señala entre los hombres:

“El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dejo a todos: – Yo os bautizo con agua; pero viene uno que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego. Exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio”.
¡SÍGUENOS EN NUESTRAS REDES SOCIALES! 
facebook twitter