No es el único momento en el que es invocada la Madre de Dios, pues “en el ritual, lo primero que se hace es pedir su intercesión y la de los santos”
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| Imagen referencial. Crédito: Cathopic. |
El director del Instituto
Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad San Dámaso y exorcista de la
Archidiócesis de Madrid, P. Eduardo Toraño López, explica que al concluir un
exorcismo se reza la oración del Magníficat,
porque la humildad de la Virgen vence la soberbia del demonio.
Durante el Congreso Mariológico
Internacional celebrado recientemente en la Universidad Católica de Valencia,
el P. Toraño afirmó que a la hora de realizar un exorcismo es “esencial”
recurrir a la Virgen María.
“María es la llena de gracia,
llena del amor de Dios, llena de Espíritu Santo, llena de humildad”, mientras
que el demonio “no puede soportarla” porque "el pecado fundamental del
diablo es la soberbia”, explicó el presbítero.
















