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30.3.22

¿LA DIFERENCIA ENTRE PENSAR Y NO PENSAR? LA LIBERTAD

Reflexionar sobre mis sueños más secretos y verdaderos es fundamental para tomar las riendas de mi vida

Shutterstock

Siempre puedo decidir qué hacer ante la vida. Puedo dejar pasar lo que me rodea sin darle importancia.

Puedo esquivar el esfuerzo que conlleva detenerme a pensar en lo que está pasando ante mis ojos.

Lo que pienso, lo que está en mi imaginación, presiona con fuerza para hacerse vida. Los pensamientos son creativos, mis ideas.

La idea que tengo de la vida empuja para hacerse visible. Mi pensamiento construye.

Imagino una casa que un día se levanta delante de mí. Puedo pensar o no pensar.

Puedo invertir tiempo mirando en mi corazón o dejar que la vida siga su curso sin esforzarme en cambiar las cosas que pasan.

Ante un problema puedo hacerle frente o evitarlo. Dejárselo a otro para que lo resuelva.

24.12.21

¿QUÉ HAGO CON MI RESENTIMIENTO EN NAVIDAD?

Los encuentros familiares de estas fiestas despiertan muchas emociones, y no todas son bonitas...

Faces Portrait | Shutterstock

La familia es un don que el corazón encuentra. Los lazos de sangre entre los que crece y madura.

Valoro la familia que he tenido, la que tengo. Sé que es un don sagrado. Pero luego llega Navidad y no todo es tan perfecto.

Leía el otro día lo que alguien decía: «No voy a ir a cenar con mi familia esta Navidad. Mucho tendrían que cambiar las cosas».

Las relaciones se enturbian con el paso de los años. Mi culpa, la de los otros, no llevo la cuenta.

Surgen las heridas conscientes o inconscientes. Guardo palabras, silencios, gestos y omisiones. Los guardo sin querer retenerlos, pero no los olvido.

¿Con quién deseo pasar la Navidad?

Y al acercarse la Navidad mi alma tiembla. ¿Quién está realmente cerca de mi corazón? ¿Qué personas guardo dentro de mí?

10.2.21

DESCUBRÍ QUE ALGO O ALGUIEN NO ERA COMO CREÍA, ¿Y AHORA QUÉ?

Me hace bien ser más flexible y menos duro con lo que hacen los demás, con lo que piensan

GoodStudio - Shutterstock
Hay personas que parecen inmunes a la realidad. Por más que las cosas sean muy diferentes a lo que ellos piensan no cambian de idea.

Es como si su concepto de las cosas o las personas tuviera que corresponderse con lo que ven ante sus ojos. Y si no encajan, fuerzan la realidad, nunca la teoría.

Me ha tocado conocer a muchos que, por más que los hechos lo desmientan, no se bajan de su creencia limitante sobre algún aspecto de la personalidad de alguien al que incluso aman.

6.2.21

¿CÓMO PUEDO SENTIR LA PRESENCIA DE DIOS DURANTE LA ORACIÓN?

La experiencia sensible de la presencia divina es un regalo, ¿por qué unos la disfrutan y otros no?

palidachan | Shutterstock
Un calor que les invade, lágrimas que brotan, una voz que les habla muy claramente… Mientras rezan, comulgan, se confiesan o, como Paul Claudel, asisten sin convicción a un servicio litúrgico, algunos sienten en su carne, a veces de forma muy violenta, la presencia de Dios.

«En un instante mi corazón fue tocado y creí. He creído… en un trastorno tan grande de mi ser… que desde entonces… todos los razonamientos… no han podido sacudir mi fe», escribe Paul Claudel.

¿Y si no siento nada?

29.2.20

CADA SENTIMIENTO TIENE UN SENTIDO

Alegría, tristeza, miedo,… ¿Sabes conducir tus emociones? El corazón es poderoso, no canalizar bien las emociones lleva a sufrir enfermedades del cuerpo y del alma

Malina_Bogdanovskaya
Sé que no es bueno decir siempre y a todo el mundo lo que siento y lo que pienso. Al mismo tiempo sé que no me hace bien guardarme todas mis emociones y nunca decir lo que me ha molestado, lo que me duele, lo que me preocupa, lo que me inquieta.

Callar todo lo que siento no es bueno a la larga. Tal vez me viene bien porque me permite mantener una calma pasajera. Pero después no me beneficia.

Callar lo que siento es una emoción que se entierra, pero no muere y algún día saldrá a la luz, cuando menos lo espere. Volverá por la puerta de atrás y me hará daño. Se quedará enquistada en el alma y acabará transformando mi carácter.

Las emociones positivas ayudan al cuerpo y al alma, me alegran, me dan fuerza para enfrentar la vida y sus dificultades. Reír, soñar, hablar bien de otros, enaltecer, elogiar, hacer silencio, rezar. Todo me permite encauzar lo que hay en mi corazón.

9.11.19

¡SOCORRO, PIENSO EN ALGUIEN QUE NO ES MI MARIDO!

La prueba es una oportunidad para renovar el compromiso


Steven Aguilar/Unsplash | CC0

Casados, a veces podemos apasionarnos por otra persona, incluso desearla y pensar que estamos enamorados de ella. La duda se instala y nos devora por dentro. ¿Cómo actuar cuando no paramos de pensar en otra persona que no es el marido?

 

¿Somos responsables de nuestras emociones? En este instante, por supuesto que no. Enfrentado a una situación difícil, es posible querer huir cobardemente. Ante un ataque, uno puede querer responder con una explosión de violencia. Y frente a una persona de la cual emana un encanto al que somos particularmente sensibles, podemos resultar atrapados.

Tales sensaciones existen. Pueden ser violentas, como una ola que te inunda. Otras veces, son casi imperceptibles, y es únicamente después de algún tiempo que se da cuenta de la cosa extraña que le habita. Es molesto, porque no nos reconocemos.

3.11.19

¿CÓMO HABLAR CON LOS NIÑOS DE LA MUERTE?

No es sano dejar de hablar de las personas que se han ido, ni tampoco ver la muerte como un “castigo”

Marina Dyakonov - Shutterstock
Uno de los aspectos más difíciles de explicar cuando hablamos a los hijos de la muerte es el tema de los sentimientos que ésta nos produce. La mayoría de las veces ni siquiera nosotros podemos aceptar los sentimientos de tristeza, rabia o frustración ante la muerte de un ser querido, y esto hace difícil que podamos guiar a nuestros hijos a través de esta experiencia.

Es muy importante ayudarles a reconocer estos sentimientos y enseñarles a validarlos: no tiene nada malo llorar o estar triste.

Hay que tener mucho cuidado con las frases que podemos decir que los llevan a reprimir esos sentimientos: “no tienes que llorar”, o “no tenemos que estar tristes porque al abuelo no le gustaría vernos así”. Es esencial que ellos puedan sentir libremente y que puedan encontrar en sus padres apoyo y reconocimiento a esas emociones que están sintiendo.

4.7.19

TUS PENSAMIENTOS PUEDEN TRANSFORMAR TUS SENTIMIENTOS

Por ejemplo, dejar de pensar que soy más digno que otros o merezco un trato especial puede evitar rabia y odio

By vientocuatroestudio/Shutterstock
Siempre me impresionan los fracasos de Jesús. O las ofensas que recibe cuando sólo quiere amar. Hoy quiere alojarse en una aldea y no lo acogen.

¡Cuánta gente en su vida pública no quiso recibir a Jesús! Lo rechazan porque es judío, y no samaritano. Es de los otros.

Y yo me extraño cuando a mí me rechazan, me juzgan, me condenan. Me sorprende recibir afrentas, la mayoría justas. Puede que algunas sean injustas.

A mí me sorprende. A Jesús, que pasó haciendo el bien, lo rechazaron con odio. Y Él mantuvo la paz.

Yo ante la injusticia quiero también el odio. Busco la venganza. No me quedo tranquilo hasta que el otro paga su mal.

5.5.19

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE NO REPRIMIR LAS LÁGRIMAS?

Es sano llorar. Es una gracia que Dios me da para no vivir cerrado en mis sentimientos

Photo by Aliyah Jamous on Unsplash
Siempre, al recorrer los días de Pascua, queda suspendida en mi alma una pregunta: «Mujer, ¿por qué lloras?». Jn 20,11María Magdalena llora porque no encuentra el cuerpo de Jesús, a quien tanto ama. Llora por el dolor de la pérdida. Llora la muerte de Jesús y su ausencia. El llanto precede a la alegría.

Dos veces le hace Jesús la pregunta. Y al final la llama por su nombre: «María». Seguro que en ese momento María lloraría de alegría, de emoción. Lágrimas vertidas por amor. El corazón llora.

21.3.19

TENER LOS MISMOS SENTIMIENTOS DE CRISTO

El amor a la voluntad del Padre y el amor a los hombres son los dos principales sentimientos de Cristo

“Tener los mismos sentimientos de Cristo” (Fil 2,5). Este era el consejo que San Pablo daba a la primitiva comunidad cristiana de Filipos y del cual se puede sacar mucho provecho para vivir la Semana Santa.

¿Cuáles son esos sentimientos, esos motivos que Cristo guarda en su corazón? Ante todo, un profundo amor al Padre por el que hace todo. El “GPS” que dirigió su vida fue siempre ese: “¡He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad!” (Hb 10,7).

Los evangelios son testimonios de esta entrega plena de Jesús a la voluntad de su Padre. “No viene a hacer mi voluntad sino la voluntad del que me ha enviado” (Jn 5,30). O cuando Cristo dijo: “el que me ha enviado está conmigo no me ha dejado solo pues siempre hago lo que le es de su agrado (Jn 8, 29).

11.2.19

DESHAZTE ASÍ DE SENTIMIENTOS DE CULPA ENFERMIZOS

Me gustaría mirarme sin tanta exigencia malsana, Dios lo hace posible

PIXABAY
Con frecuencia anidan en mí sentimientos de culpa. No sé bien de dónde vienen, pero me quitan la paz.

Tal vez hay ideas que viven en mi alma que me exigen siempre dar más de lo que estoy dando. Me mandan hacer las cosas mejor. Actuar con más rapidez. Solucionar todos los desafíos. Llegar a las metas más altas. Hacer lo que me he propuesto. Conseguir lo que más deseo.

23.1.19

ALEGRÍA, PAZ Y OTROS SENTIMIENTOS CRISTIANOS

Inscribe tu corazón en el de Jesús para poder seguirle

© Gajus/Shutterstock
En ocasiones siento que hago lo que tengo que hacer. Lo que corresponde. Lo que esperan de mí. Lo que yo mismo creo que es necesario que haga.

Sigo una voz en mi interior que me mueve a actuar de una determinada manera. Puede ser una voz profunda. O una voz suave que me lleva a tomar decisiones. Hago lo que he decidido hacer.

20.10.18

¿CUIDAS TUS EMOCIONES O SIMPLEMENTE LAS NIEGAS?

Sólo tengo que saber vivir con mis sentimientos, aceptarlos y tomar decisiones teniéndolos en cuenta, pero no dejándome atrapar por ellos

StockSnap
Las emociones son un don de Dios en el alma. Es lo que me permite vivir la vida con intensidad, en el presente, amando todo lo que Dios me regala.

Pero a veces me asustan, no las controlo. No sé dónde me puede llevar lo que siento. Entonces quiero no sentir, no emocionarme, no apasionarme. Es más seguro. Reprimo, controlo y exijo disciplina a mi alma para no exaltarme.
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