Cada red social, de acuerdo a uno de los fundadores de LinkedIn, corresponde a un pecado capital
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Aleteia |
En una conferencia de 2011, transcrita por el Wall
Street Journal y re-publicada recientemente
por The Atlantic, uno de los fundadores de LinkedIn, Reid Hoffman, sugirió
una teoría que permitiría comprender el éxito o fracaso en las redes sociales:
cada red está relacionada, en más de una manera, con un pecado capital. La
sugerencia no es tan descabellada: Facebook es vanidad; Netflix es pereza;
Tinder es ¿hay que decirlo? Obviamente, lujuria.
La pregunta que se hacía Reid Hoffman
es sencilla: ¿por qué las redes que en efecto son exitosas y masivas tienen tan
poco (o absolutamente nada) que ver con buenas causas o necesidades
absolutamente reales? Según Hoffman, porque no son “suficientemente
pecaminosas”. Robinson Meyer, de The Atlantic, describe la posible relación de
las redes sociales más exitosas con los siete pecados capitales.
Lujuria: así como
en el infierno de Dante, las almas de los lujuriosos permanecen por siempre
envueltas en un huracán que no les da reposo, los usuarios de Tinder podrían
estar teniendo una experiencia similar: la de deslizar el dedo a la derecha en
la aplicación, y nunca conseguir a alguien con quien iniciar una relación en
serio.